La población de Somoto le dio el último adiós a la reina de las rosquillas somoteñas, doña María Luisa Nolazco de Vílchez.
Un verdadero homenaje le ofreció el pueblo somoteño, las autoridades municipales y funcionarios de gobierno reconocieron la labor de doña María Luisa por mantener viva la cultura gastronómica del municipio.
En vida doña María Luisa recibió múltiples reconocimientos entre ellos “ser la reina de las rosquillas” en el primer festival de las rosquillas institucionalizado por el gobierno municipal en el año 2012.
Promete su familia continuar con la tradición heredada manteniendo la calidad de este producto reconocido internacionalmente.
Murió a los 96 años en su vivienda donde actualmente se encuentra el taller de rosquillas Vílchez La Original, en el municipio de Somoto, la señora María Luisa Nolasco de Vílchez por un poco mas de 64 años se dedicó a elaborar deliciosas rosquillas, que cobraron fama nacional e internacional.
Es la fundadora del negocio “Rosquillas Vílchez”, muy conocido en Somoto, su vida en el negocio se dedico a enseñarles a sus hijos e hijas el arte de hacer buenas y deliciosas rosquillas, para que la tradición perdure.
Fue en Somoto donde aprendió de Adilia Ramírez su cuñada hacer las rosquillas y ahora que por más de 64 años le dio la fama a la familia Vílchez, por su sabor y textura
La labor de hacer rosquillas le dio para mantener a su familia, hasta que en los últimos años se convirtió en una empresa que exporta productos dentro y fuera del país.
Humildemente relataba que en Somoto hay muchos talleres de rosquillas y que a pesar que la catalogan por tener el mejor taller ella reconoció siempre la calidad de las rosquillas elaboradas por en los talleres de doña Toña Soza, Victoria Vásquez, Guadalupe y Betty Espinoza, así como Aurora Cañada y sus hijas Consuelo, Sandra y Lesbia.