La edad media en que los jóvenes ven videos porno por primera vez se acerca a los 11 años y los especialistas están preocupados porque los estereotipos que difunden: violencia, cosificación sexual de las mujeres y la imagen del hombre como animal descontrolado, informa este miércoles Culture Reframed.
Los datos que posee esa organización indican que un 88 % de las grabaciones contienen actos violentos contra las mujeres. Por este motivo su presidente, Gail Dines, estima que la pornografía supone una crisis de salud pública de la era digital, según el diario The Chicago Tribune.
"Cuanto más jóvenes son los chicos con acceso a pornografía, menos capacidad de empatía tienen con las chicas y mujeres y es más probable que se conviertan a agresores sexuales", subraya Dines.
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El sitio web de Culture Reframed ofrece programas educativos y materiales para ayudar a los padres a educar a sus hijos adolescentes, mientras que Gail Dines aconseja que aborden este tema temprano para evitar consecuencias negativas.
Varios estudios muestran que ver videos con contenido para adultos pueden desde generar depresión hasta provocar disfunción eréctil.
La pornografía es una forma de entretenimiento adulta que se basa en los desnudos, la explicitación del sexo y la categorización de hombres y mujeres en objetos de deseo. La industria ha evolucionado desde mediados del siglo XX y hoy es considerada una fuente de trabajo para los muchos involucrados, un escape para relajarse ocasionalmente del estrés de la vida diaria y por qué no, un producto para disfrutar en pareja.
Evidentemente, la pornografía no es una industria perjudicial en si misma, como tampoco lo es ser un consumidor ocasional. Sin embargo, el abuso de estas producciones visuales puede generar algunos efectos negativos según la psique de quien está frente a la pantalla, naturalmente.
