En el Juzgado Cuarto de Distrito Especializado en Violencia, ubicado en Managua, se leyó la sentencia de 30 años de cárcel al médico que asesinó a su ex pareja en presencia de sus dos hijas, hecho ocurrido en una vivienda de Bello Horizonte, Distrito IV de la capital de Nicaragua.
La juez Ingrid Rocha ordenó que dicha pena la tendrá que cumplir en el Sistema Penitenciario Nacional. La mamá de la víctima Q.E.P.D, viendo de manera fija a los ojos del asesino de su hija, le dijo: "Ni Jehová Dios te perdonará".
"Mirame Abraham, ¿por qué? Esto que hiciste ni Jehová te lo perdonará. Aún tus niñas están traumadas por lo que hiciste, quien las debía de proteger eras vos, pero te convertiste en asesino. Ellas no duermen, gritan por las noches y llaman a su mamá, pero vos la mataste, ¡asesino! y que tus hijas jamás te perdonen será tu peor castigo", agregó.
El condenado es Abraham Abdaly Rivas Membreño, de 39 años, médico naturista al igual que la víctima de este femicidio de nombre María Teresa Gaitán (29), con quien procreó dos niñas, una de 2 y otra de 5 años.
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El lunes pasado, Rivas confesó el asesinato, no sina antes afirmar que sufría bipolaridad y que su supuesto padecimiento pudo incidir en sus acciones, lo que no le sirvió para reducir la pena.
El crimen ocurrió el 5 de abril, pero fue hasta el viernes pasado que la Policía Nacional conoció del hecho.
Según la acusación de la Fiscalía, Rivas saltó el muro de la vivienda de la víctima la noche del jueves pasado, se dirigió al cuarto de su víctima y le apretó el cuello hasta asfixiarla, frente a las hijas de ambos.
Al día siguiente, viernes, llegó a la vivienda nuevamente el acusado queriendo afirmar que se trataba de un asalto, pero gracias a las investigaciones que realizó la Policía Nacional del Distrito IV de Managua, junto a detectives de la Dirección de Auxilio Judicial Nacional, es que se logra averiguar que quien había causado la muerte de la mujer había sido su propio ex esposo, quien también dijo que hasta el día que muera pagará el delito que cometió.
Luego del crimen, el agresor jugó con las menores y les dijo que no hablaran de lo que habían visto, mientras creaba el escenario para denunciar un caso de robo al día siguiente.