Los ronquidos son considerados como un proceso normal de nuestro cuerpo a la hora de conciliar el sueño y descansar, pero esta vez surge una nueva expectativa respecto a estos y es que según científicos estos sonidos si llegan alcanzar 35 decibelios pueden aumentar tu presión sanguínea.
¿Dulces sueños? Solo en silencio
La curiosa información nace de un estudio del Imperial College London sobre los efectos de la contaminación sonora en el sueño. La idea del estudio era descubrir cómo afecta el ruido de los aviones a quienes viven cerca de un aeropuerto. Para descubrirlo, estudiaron diversos factores, como la presión sanguínea.
«Nuestros estudios muestran que el ruido nocturno de los aviones puede afectar su presión sanguínea instantáneamente y aumentar el riesgo de hipertensión», afirma el doctor Lars Jarup, uno de los autores del estudio, en el informe de la universidad.
Roncar nos hace daño
Ahora bien, la clave de los efectos adversos no se encuentra en el origen del sonido, sino en el nivel de decibelios. Como indicaron los científicos, los efectos comenzaron a notarse tras los 35 decibelios, un nivel similar al de un avión en el aire, el tráfico de autos fuera de la casa o tu pareja roncando.
En un estudio anterior, llevado a cabo por ellos mismos, se había descubierto que las personas que habían vivido cerca de aeropuertos durante 5 años y se habían sometido a sonidos de más de 10 dB, corrían un riesgo 14 % mayor de sufrir hipertensión. Y si el sonido de 10 dB aumentaba la presión arterial en un 14 %, ¿cuánto la hace aumentar un ronquido de 35 dB?
La hipertensión se encuentra asociada a la insuficiencia cardíaca que puede derivar en una muerte repentina. Además, si esta condición se sostiene en el tiempo, termina debilitando el miocardio y afecta el funcionamiento del corazón.