Jeannely Iriarte es una periodista venezolana que dice estar enamorada y fascinada con Nicaragua, gracias a lo que un colega nicaragüense le ha comentado sobre las bellezas que posee el país centroamericano; tanto en sus playas como en su cultura y con la gente que lo habita.
A continuación su relato:
Tengo 25 años y he conocido un par de países en América del SurBuenos Aires, donde el frío a veces no me deja ni siquiera levantarme temprano para emprender las nuevas jornadas, pero tengo que hacerlo.
Recuerdo con mucho amor mi bella Caracas y quisiera visitarla más seguido, pero debo mantener mi trabajo acá en mi carrera, así que pronto volveré a mi tierra.
De vacaciones he soñado siempre con recorrer París y Madrid, porque quiero ver jugar al Real Madrid. Y también quiero conocer las culturas asiáticas, y subir unas 20 libras con su comida que es tan deliciosa.
Pero luego de conocer a un buen amigo mientras ambos trabajamos en un canal de televisión en Venezuela, mis gustos fueron modificados aún sin conocer mucho sobre un país chiquitico pero bien coqueto.
Él es nicaragüense, y me enseñó a enamorarme de su hermosa Nicaragua solo con contarme tanto acerca de las bellezas que su país ofrece y que lo hacen jactarse de vivir feliz aunque sea con poco.
Aún no me he deslizado por el volcán Cerro Negro y ya siento como su arena llena mi cara; aún no he comido indio viejo y ya siento cómo me deja «full».
Me dice mi amigo que la comida nica está al nivel de mis arepas de carne mechada y de mis tequeños llenos de delicioso queso. Eso es algo que enamora a cualquiera.
Me contó que hay una playa en Tola que se llama Gigante, y que es un paraíso para los extranjeros, que se siente cómo uno desaparece totalmente del mundo y una vida nueva empieza mientras se atestigua la puesta de sol.
También me da mucha curiosidad conocer la fiesta de la Purísima, y cada fiesta de todos los pueblos, que me dice le fascinan a todo el mundo. Recuerdo específicamente que mencionó lo que se llama Santo Domingo, que Managua pasa 10 días de fiesta. Ideal para unas vacaciones.
Pero lo que más me anima a seguir ahorrando para visitar Nicaragua es su gente.
Si todos son como este amigo que les cuento, entonces con mucha más razón me dan ganas de aventurarme quizás con un par de mis amigos acá en Argentina.
A ellos ya les conté y también quieren postergar conocer el viejo continente para primero ducharse en la cultura nicaragüense.
Me dio curiosidad leer lo que dicen muchas personas sobre Nicaragua. Durante el almuerzo de hoy me metí a Google y es increíble lo que dicen.
Que las playas, que el calor, que han caminado horas sin problemas, que la comida, que aquí, que allá… ¡Fantástico!
No sé qué tienen los países chicos que tanto enamoran a los que nacimos en tierras tan grandes.
Quizás es el necesitar sentirse libre y seguro; que es definitivamente un atractivo que vale millones de quilates de oro.