Ginebra, 14 may (EFE).- La Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó hoy un programa para eliminar de la cadena alimentaria las grasas trans producidas industrialmente, muy extendidas y responsables de más de 500.000 muertes al año.
"Las enfermedades no transmisibles son las principales causas de muerte en el mundo. En 2016 fueron responsables de casi 40 millones de muertes, lo que representa tres cuartas partes de todos los decesos en el mundo", afirmó en rueda de prensa el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.
"Y las enfermedades cardiovasculares fueron las que más fallecimientos causaron, casi la mitad de todas las enfermedades no transmisibles", agregó Tedros, subrayando el peso que las grasas trans tienen en la generación de dolencias cardiovasculares.
Las grasas trans se forman cuando el aceite líquido se transforma en una grasa sólida a través de un proceso artificial de hidrogenación que sirve para incrementar el tiempo de vida útil de los alimentos.
Algunos alimentos, como la carnes de vaca, de cerdo y de cordero, y los productos lácteos que se derivan (leche, queso, mantequilla) contienen de manera natural cantidades pequeñas de estas grasas hidrogenadas.
Sin embargo, la mayoría proviene de alimentos procesados preparados con aceites vegetales parcialmente hidrogenados como la bollería, las patatas fritas, los snacks, las margarinas y otros muchos.
"En la dieta de muchas personas hay un componente muy dañino: las grasas trans. Estas pueden eliminarse muy fácilmente y debemos trabajar para ello porque son responsables de medio millón de muertes al año, la mayoría en países de ingresos bajos y medios", puntualizó Tedros.
La OMS pretende que los Estados se comprometan a eliminar estas grasas producidas industrialmente de ahora hasta 2023.
La iniciativa se ha denominado "Replace" y presenta seis acciones estratégicas para poder pasar de una cadena alimentaria con gran cantidad de grasas trans a una en que no existan.
Los seis pasos son: revisar la situación nacional; promover el reemplazo por otras fuentes de grasas más sanas; legislar para prohibirlas; evaluar el contenido en la cadena alimentaria y los cambios de hábitos en la población; crear conciencia entre la población y los industriales sobre sus efectos perniciosos, e implementar la nueva legislación.
"Este es el principio del fin. Los días de las grasas trans artificiales están contados. Los gobiernos tienen ahora el conocimiento, las herramientas, y la responsabilidad de salvar a su gente, y deben reemplazar estos productos tóxicos con grasas saludables", afirmó Thomas Frieden, presidente de "Resuelve y Salva Vidas", una iniciativa de salud pública.
Frieden dijo que se estima que reemplazar los aceites trans puede salvar la vida a 10 millones de personas durante los 25 años transcurridos tras su completa eliminación.
La OMS incide en que varios países ricos han logrado eliminar totalmente o parcialmente -poniendo límites a la cantidad permitida- las grasas trans de su cadena alimentaria, siguiendo el ejemplo de Dinamarca, que fue la primera nación en hacerlo.
Al finalizar este año, 24 países habrán eliminado total o parcialmente las grasas trans artificiales.
El objetivo de la agencia humanitaria de la ONU es que estos cambios se implementen también en los países de bajos y medianos ingresos y donde los controles son normalmente más débiles.
Frieden explicó que a través de las distintas oficinas de la OMS en el mundo intentarán diseminar el mensaje, abogar por cambios legislativos y presionar para que las nuevas normas se implementen.
Por su parte, Tedros dijo que estaba convencido que todos los países del mundo se comprometerán en la campaña "en interés de sus propios ciudadanos".