Durante el 2do día del Diálogo Nacional en el Seminario Interdiocesano Nacional Nuestra Señora de Fátima, en Managua, antes que entraran los representantes de la empresa privada al recinto; José Adán Aguerri, presidente del COSEP, dio por entendido que está bien que se mantengan los tranques en Nicaragua.
"La comunicación que dieron a conocer los grupos estudiantiles ayer, es una comunicación que refleja el llamado de que los tranques que sean pacíficos y que sean igual que los plantones y las manifestaciones que se están dando que sean pacíficas. Así es que ese el llamado que han hecho los estudiantes", señaló Aguerri.
Cuando le preguntó un periodista que si ellos como empresarios creen que están bien que se mantengan los tranques, dijo de forma breve: "Siempre que sean pacíficos". Luego cuando le insistieron sobre las problemáticas que ha generado para la economía de las familias estos bloqueos, evadió la pregunta simplemente diciendo que: "Vamos a esperar el resultado (del diálogo) del día de hoy".
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La postura de Aguerri mientras sostenía la imagen de una víctima de las protestas en su entrada al Seminario, acompañado de los grupos estudiantiles, muestra una falta de empatía y preocupación por un pueblo nicaragüense que se mantiene en zozobra y temor, ya que los bloqueos en las carreteras han provocado pérdidas económicas que han impactado directamente en el sustento de las familias.
Por si fuese poco, hace un par de días se dio una situación lamentable en Boaco. Una joven embarazada pasó tres horas esperando que liberaran el paso para poder ser trasladada al hospital de este municipio. En el transcurso sufrió de convulsiones que posteriormente le provocarían un daño cerebral severo, por lo que a pesar de ser intervenida quirúrgicamente no se pudo hacer nada para salvarle la vida.
Las tragedias pueden incrementarse en distintos puntos del país, ya que la obstaculización de las vías –acción respaldada por Aguerri– genera retrasos que pueden ser mortales, sobre todo en el caso de insumos médicos así como mercancía para los centros de compras.
En buena parte del país el desabastecimiento está empezando a cobrar factura y la desesperación se apodera de la población, quienes solamente desean poder trabajar en paz y que esos tranques sean eliminados. Ya no quieren que sean los más indefensos los que sigan sufriendo las consecuencias de unas protestas impuestas sin pensar en el prójimo.
