El '22' de España vuelve al campo esta noche en el Kazan Arena. Lo hace como referencia de la selección, como el futbolista que ante Portugal se puso a los mandos de las operaciones cuando el asunto pintaba mal. Ya no queda rastro del debate que se generó cuando Lopetegui apostó por el madridista mientras no tenía sitio en su club. Hoy Isco es indiscutible para la selección y su figura ha ido ganando en importancia dentro de la idea que tuvo Julen y que ahora es propiedad de Hierro.
Isco es uno de esos jugadores que han pasado por todas las categorías de la Copa del Mundo. Estuvo en el sub 17 de Nigeria de 2009 y dos años después en el sub 20 de Colombia. Ahora completa en Rusia un triángulo que Koke cerró en 2014 en Brasil, un Mundial en el que ya Isco participó en la clasificación pero, que como en la Euro de 2016, vio desde casa al no meterse entre los 23 finales de la lista de Del Bosque.
Han pasado dos años desde la Euro, tiempo en el que la figura de Isco se ha levantado hasta hacerse gigante. En el Madrid se ganó el sitio partido a partido hasta colocarse para Zidane por delante de Bale. En la selección fue ganándole sitio a Vitolo desde su gol en Wembley en noviembre de 2016 hasta llegar hoy a Kazán sin debate alguno de que una de las camisetas de titular es para él.
En esa conquista de la titularidad los goles han sido un factor esencial para Isco. Suma 10 con España, de ellos nueve desde aquel partido en Londres que comenzó a cambiarlo todo para él. Tanto que desde entonces España ha jugado 16 partidos y él aparece a la cabeza de la tabla de goleadores de ese tramo con esas nueve dianas, dos más que Silva, cuatro que Aspas, Diego Costa y Morata.
"Hemos demostrado que nos crecemos ante las adversidades, tuvimos una y seguimos poniendo corazón"
Más allá de su puntería, Isco es la bandera de una forma de jugar de la que él es exponente desde que en octubre de 2007 comenzó a aparecer en las convocatorias de la selección como Izco. "El estilo de España es innegociable. Es lo que mejor sabemos hacer, lo que nos ha hecho ganar tanto", explica un producto puro de una manera de jugar que ha hecho que la selección sea identificable en cualquier parte del mundo.
No hay que preguntar demasiado para saber qué pasó por la cabeza de Isco con la salida de Lopetegui, pero el 22 de España aprieta los dientes en aras del gran objetivo. "Sí que pasó algo, pero bueno, el grupo, la ilusión que tiene es superior a todo lo que pueda pasar. Es un Mundial, es cada cuatro años y eso es lo principal. Unidos todo es más sencillo en el campo. Hemos demostrado que nos crecemos ante las adversidades, tuvimos una y seguimos poniendo corazón", señala el andaluz.
La exigencia por bandera
Es el mensaje instalado en el vestuario de España: un Mundial, no hay otro hasta dentro de cuatro años, para algunos puede ser el último o el único y nada merece la pena para no sacrificarlo todo por estar el 15 de julio en el Luzhniki. Isco tiene la experiencia del Madrid, la capacidad de focalizar todo en un objetivo, en ese caso la Champions, para lograrlo, de parecer muerto a convertirse en un gigante intocable. Pero en su cabeza sólo está Irán porque sabe que un paso en falso es una condena: "Esto es un Mundial, nadie te va a regalar nada. Tenemos que dar el 200%, tenemos un partido muy importante ante Irán. Nuestra única idea es estar concentrados, focalizados en eso nada más. Veo al equipo muy bien".
"Esto es un Mundial, nadie te va a regalar nada"
El Mundial de Rusia es el momento de Isco en un camino con la selección que ya es largo, pero en el que hasta hoy no va a poner su cuenta en 30 partidos. No son muchos para un jugador que lleva más de cinco años en la absoluta desde que en febrero de 2013 le diera Del Bosque paso en Doha contra Uruguay.
"El que no se entienda bien con Isco es que no va a poder disfrutar mucho del fútbol"
Santi Cazorla
FOTO: Pablo García / MARCA