Desde que Disney compró la productora de George Lucas en 2012 con la voluntad de retomar la saga de Star Wars, sus resultados de taquilla habían sido impecables.
Su primera toma de contacto, la esperada Star Wars: Episodio VII – El despertar de la fuerza, se convirtió nada menos que en la tercera película con mayor recaudación de la historia, superando los dos mil millones de dólares (1.735 millones de euros). La serie de spin-offs se abrió a continuación de la mano de Rogue One, que funcionó también de forma muy eficaz, al ingresar alrededor de 915 millones de euros y lograr un retorno que cuadriplicase el dinero invertido. La última entrega de la saga principal, Star Wars: Episodio VIII – Los últimos jedi, logró también muy buenas cifras, y consiguió entrar en el top 10 de películas más taquilleras de la historia a finales de 2017 (ahora ya ha sido superada por los dos últimos éxitos de Marvel, Black Panther e Infinity War, colocándose en el undécimo puesto).
Sin embargo, las cifras de Han Solo: una historia de Star Wars se han quedado muy lejos de sus predecesoras. La película de Ron Howard no solo no ha alcanzado los mil millones de dólares de recaudación, sino que apenas ha recuperado el dinero invertido con una taquilla global de 300 millones de euros hasta la fecha, un tercio de lo que logró su único precedente en los spin-offs de la saga, Rogue One. Según informaba The Hollywood Reporter hace dos semanas, el analista de Wall Street Barton Crocket señalaba que, teniendo en cuenta la multimillonaria campaña de marketing llevada a cabo, las pérdidas de la película podrían ascender a los 70 millones de euros.
Las consecuencias de este mal resultado según El País no han tardado en hacerse notar, y es que, según informa Collider, Disney ha decidido bloquear los proyectos en marcha vinculados con ese universo de spin-offs hasta ahora compuesto por Rogue One y Han Solo. En este sentido, se ha detenido la producción de una película sobre Obi-Wan Kenobi, que se encontraba ya en desarrollo, y también se han frenado las conversaciones con James Mangold, director de Logan, de cara a una posible película sobre Boba Fett, de la cual se había empezado a hablar con fuerza en las semanas previas al estreno de Han Solo.
De este modo, Lucasfilm se centra ahora mismo en el Episodio IX de la saga principal, que llegará a los cines en diciembre de 2019, y también proyecta en su horizonte una nueva trilogía con nuevos personajes dirigida por Rian Johnson, quien ya se encargó de la realización de Los últimos Jedi. Además, también se ha empezado a hablar de una nueva serie de películas que estaría dirigida por David Benioff y D.B. Weiss, showrunners de Juego de Tronos.
Han Solo: Una historia de Star Wars, la atribución causal se divide entre una desafortunada selección de la fecha de estreno, que coincidió demasiado cercana en el tiempo con dos grandes éxitos como Infinity War y Deadpool 2; y la atropellada gestión del propio proyecto, en medio del cual se despidió a sus dos directores, Phil Lord y Christopher Miller, para volver a grabar una gran parte de las secuencias de la mano de Ron Howard.