Después que el cuerpo del suboficial de la Policía Nacional, Gabriel de Jesús Vado Ruíz de 23 años de edad, fuese llevado hacia el Instituto de Medicina Legal a eso de las 9 de la mañana de este lunes para ser valorado su cuerpo luego que fue secuestrado, torturado, asesinado y quemado en Masaya, fue entregado a familiares.
"El suboficial Vado Ruíz fue sometido a tortura, a golpiza, fue arrastrado por un vehículo y le pegaron fuego a orillas de las barricadas de esos tranques de la muerte que ellos han tenido. Para nosotros es muy doloroso, un muchachito de 23 años de edad, estaba en toda la flor de su vida, al servicio de la Policía. Nosotros estamos al servicio del pueblo, nosotros siempre aclaramos que estos delincuentes, que estos terroristas, no son Monimbó, no son Masaya; son delincuentes, son vándalos y la población de Masaya, la población de Monimbó está pidiendo a nuestro Gobierno que los liberemos, que ya no aguantan, ahí hay centro de torturas, están cobrando peaje a la mejor manera de las maras, de Honduras, El Salvador y Guatemala, cosa que no existía en nuestro país", dijo el subdirector de la Policía Nacional al ser entrevistado.
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El féretro de Vado se encuentra ya en su casa de habitacion en el Reparto El Aguacate de la ciudad de Jinotepe.
Su mamá, Juana María Calero Ruíz, entre llantos suplicaba ver a su hijo, pero el ataúd se encontraba sellado debido al estado en el que se encontraba el cuerpo, el cual fue exhibido en uno de los tranques por parte de sanguinarios grupos terroristas.
Vado deja a dos menores en la orfandad, uno de año y medio y una niña de 3 años de edad.
Este tipo de acciones terroristas se han visto apañadas por algunos representantes de la Iglesia, quienes proveen protección y resguardo a delincuentes armados que luego cometen atrocidades contra oficiales de la institución del orden, así como con ciudadanos comunes e indefensos.