Kinshasa, 2 ago (EFE).- Una misión de doce expertos del Ministerio de Sanidad congoleño llegó hoy a Beni, la ciudad del noreste de la República Democrática del Congo (RDC) más cercana a Mangina, donde ayer se declaró un nuevo brote de ébola, mientras que la población ya ha comenzado a huir a otras zonas.
El ministro de Sanidad congoleño, Oly Ilunga, anunció ayer, sólo ochos días después de declarar el fin de la epidemia en la región de Ecuador (noroeste), un nuevo brote en Kivu del Norte con 26 casos de fiebre hemorrágica y 20 muertes, aunque solo se han podido analizar seis muestras, de las que cuatro han resultado positivas por ébola.
El ministerio ha desplazado ya un equipo compuesto por técnicos de laboratorio, epidemiólogos, psicólogos clínicos y médicos para que se encarguen de la respuesta médica.
Además, se ha comenzado a instalar laboratorios móviles para hacer frente a la que es el décimo brote de la enfermedad en el país.
La población, por su parte, ha comenzado a huir de la zona hacia otras regiones o incluso a Uganda, cuya frontera se encuentra a apenas 50 kilómetros.
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"Efectivamente, la población ha comenzado a huir no sólo a Uganda sino a otros territorios colindantes", dijo a Efe el portavoz del Gobernador regional Hope Sabini, que pidió que se limiten los movimientos de personas para evitar la propagación de la enfermedad.
"El Gobierno no ha tomado ninguna medida que sea consecuente, por eso la gente quiere marcharse de la zona y refugiarse en otros lugares", añadió Sabini.
Kivu del Norte es una de las regiones congoleñas más afectadas por la violencia en el país y una de las mayores emisoras de refugiados y desplazados internos.
Por ello, el ministerio anunció ayer que el Ejecutivo pondrá en marcha dispositivos de seguridad para "garantizar la protección" de los sanitarios desplegados y de los habitantes de la zona.
El último brote de ébola en esta vasta nación del África central se declaró el pasado 8 de mayo, y hasta su final el pasado 24 de julio se contabilizaron 54 casos totales (38 confirmados y otros 16 probables), de los cuales 33 fallecieron (17 confirmados) y 21 sobrevivieron.
"No hay ninguna indicación de que estas dos epidemias, separadas por más de 2.500 kilómetros, estén vinculadas", explicó el ministro ayer.
La enfermedad, descubierta precisamente en la RDC en 1976 -entonces denominada Zaire-, se transmite por contacto directo con la sangre y fluidos corporales de personas o animales infectados.
Esta fiebre causa hemorragias graves y llega a una tasa de mortalidad del 90 %.
Sus primeros síntomas son fiebre repentina y alta, debilidad intensa y dolor muscular, de cabeza y de garganta, además de vómitos.