De milagro salió ileso Jelsin Sobalvarro, quien conducía un carro de color gris y que terminó a centímetros de precipitarse en el abismo que se ubica en la Cuesta El Plomo. Según éste, el automotor presentó desperfectos mecánicos, causándole el susto de su vida.
Jelsin, agradecido con Dios, daba gracias porque había sido un verdadero milagro que no le pasara nada ya que él por más que trató, no pudo detener el vehículo a tiempo. El hecho ocurrió la noche del miércoles.
"Yo voy subiendo la cuesta y como a media cuadra más arriba de aquí el motor se me murió y por más que quise no pude arrancarlo; se me dejó ir para atrás y ni los frenos agarraron, las llantas patinaban nada más. Lo que tuve que hacer fue orillarme para no fregar a nadie más y gracias a Dios que nadie venía subiendo", decía Sobalvarro.
En este punto el carro se mete y cuando veo el guindo lo que hice fue tirarme del carro, lo material se repone, a como pude me salí por la ventana", relataba Jelsin, que estaba sorprendido de cómo el carro quedó sostenido en unas ramas y una piedra.
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El conductor del carro andaba bajo los efectos del alcohol aunque trataba de disimularlo.
Al lugar se hicieron presentes los agentes del Distrito X de la Policía Nacional a realizar los peritajes necesarios.
Afortunadamente en el percance no resultaron personas lesionadas, solamente los daños ocasionados al vehículo.