Las acusaciones contra Harvey Weinstein por comportamiento inapropiado, abuso y agresión sexual, se cuentan ya por decenas. Y, solo unas semanas después de que el productor haya sido acusado de varios crímenes sexuales en Nueva York, Emma Loman, actriz y modelo alemana, le ha denunciado también, afirmando que Weinstein la violó durante el Festival de Cannes de 2006.
En esa época, Loman estaba tratando de hacer una transición en su vida profesional: de modelo a actriz. Había conocido al productor durante una cena en el Festival de Venecia de 2004 y, durante dos años, no mantuvieron ningún tipo de contacto, hasta 2006. Harvey Weinstein la invitó al Festival de Cannes de ese año para hablar sobre un posible papel en una de sus múltiples películas. La actriz dudó si aceptar o no la invitación del magnate, pero Weinstein no es una persona que acepte un ‘NO’ por respuesta y mandó a su asistente a llamar a la actriz de una manera casi denunciable: hasta 30 veces al día. Así, Loman finalmente aceptó y voló hasta Cannes con todos los gastos pagados por The Weinstein Company, según Fotogramas.
Cuando se vieron en el festival, Loman afirma que Weinstein fue “encantador y amable” ofreciéndole consejo y ganándose su confianza, incluso presentándole a personas muy importantes de la industria, además de insistir en que la veía como protagonista en varias de las películas que producía pero, como los guiones eran confidenciales, deberían discutirlo en su oficina que, casualidades de la vida, durante el festival era su suite de hotel, según detalla la denuncia.
Todo el buen ambiente y la estupenda relación que habían mantenido durante los días del festival se desvaneció nada más poner un pie en la habitación. Al principio, todo parecía ir bien, y Weinstein no dejaba de hablar de posibles películas en las que podría aparecer Loman. Pero, poco a poco, comenzó a hacer comentarios sobre su cuerpo, incluso pidiendo a la actriz que se quitara la ropa para demostrarle que no era un hombre. Loman rechazó todas las proposiciones de Weinstein, que no dejaba de insistir en que se quitara la ropa e incluso se ofreció a darle un masaje o a ducharse mientras ella le miraba, pero Loman no aceptó. Asustada, según la denuncia, por las posibles repercusiones que podría tener su carrera si se iba en mitad de una reunión, decidió seguir en la habitación tratando de reconducir la conversación, pero Weinstein apareció vestido solo con un albornoz y comenzó a tocarla y a besarla sin su consentimiento.
La actriz se quedó paralizada, cuando el productor la violó. Durante el desagradable episodio, Weinstein comentó que se acababa de hacer una prueba de VIH que había resultado negativa, por lo que procedió a quitarse el preservativo. La actriz abandonó la habitación dolida y traicionada, sin saber muy bien qué hacer o con quién hablar. De hecho, justo después de la violación, Weinstein volvió a comportarse de una manera totalmente profesional, como dando a entender que esa agresión era parte del negocio, y que hablarían al día siguiente sobre una premiere a la que debía de asistir la actriz, porque era “de un valor incalculable para lanzar su carrera”.
Al ver que Loman no se comportaba igual con él, Weinstein cambió de táctica y le pidió volver a verla, pero para hablar estrictamente de trabajo y con otra persona en la habitación. Estaba arrepentido de lo que había pasado. La actriz accedió y vio que el productor había cumplido su palabra: no estaban solos, ya que había otra mujer en la habitación. Pero nada más entrar, el productor pidió a Loman hacer un trío con ella y la mujer. La actriz se puso a gritar y Weinstein, asustado, se puso de rodillas pidiéndola perdón y rogándole que, por favor, no contara nada de lo que había pasado. Loman trató de calmarse y, tras asegurar que no diría nada, abandonó la habitación para enterarse, unas horas después, que Weinstein la había vetado en todos los eventos del Festival.
Un año después, Loman fue contratada para protagonizar una película en Los Ángeles. Weinstein, al enterarse, se puso en contacto con ella para hablar sobre el proyecto. Ella, asustada por ver lo vigilada que la tenía, decidió que era mejor acudir a la reunión, pero solo si podía ir acompañada, a lo que Weinstein accedió. Eso sí, poco después del encuentro, Weinstein compró los derechos del guión y la despidió del proyecto.
Al leer la denuncia de Emma Loman, podemos ver que Weinstein tenía este método totalmente aprendido y, de esa forma, acabó con la carrera de todas las actrices que no pasaron por el aro.