Como guarda de seguridad afirma laborar un sujeto de nombre Marvin Antonio Paredes de 34 años, quien es señalado de atacar por la espalda a la ciudadana Amelia Argüello, con la clara intención de despojarla de su celular valorado en 4,000 córdobas.
El arma que supuestamente utilizó la mañana de este martes el supuesto vigilante fue un cuchillo, mismo que lanzó a un predio montoso en el sector de Bello Horizonte al verse descubierto por un grupo de motorizados que circulaba por esa zona.
La víctima asegura llevaba como destino los alrededores de la Empresa Rolter, en Carretera Norte (Managua) y se hacía acompañar de su hijo, un niño de 5 años al que afortunadamente no logró hacer daño el malhechor.
"Él me agarró por la espalda, me agarró del cuello, venía con mi hijo yo y me dice: 'maldita vení, mirá lo que tengo', y andaba una cosa cortopunzante. Entonces yo forcejeé con él, empecé a pegar gritos, entonces varios motorizados que vieron, lo persiguieron y le quitaron los audífonos, por que fue lo único que me arrancó", dijo llena de nervios Argüello.
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Tras vivir este horrendo episodio de violencia, la víctima señaló que no logra explicarse cómo este hombre puede ser guarda de seguridad y ladrón a la misma vez. "Es un guarda de seguridad, imagínese qué persona va tener un guarda de seguridad delincuente en su lugar de trabajo", indicó.
Pese a declararse inocente, el sujeto sería procesado de manera formal. "Yo iba caminando, ella me pega una patada del aire, solo por que le dije 'qué bonito el teléfono que andás', entonces ella pega gritos… Cuando me salen el montón de motorizados", argumentó el "zepol".
"Miro que un ciudadano está forcejeando con una muchacha, queriéndole quitar el celular, entonces le atravesé la moto y lo seguí. Logré detenerlo aquí, pero se puso violento que quería matarlo a uno. ¿Cómo es posible que le haga algo a una mujer que viene solo con un niño? Si parece que anda drogado", dijo Don Luis Alberto Morales Rojas.
Para evitar ser víctima de la delincuencia, procure no exponer mucho su teléfono en la calle, no contar dinero en público y prestar atención a actitudes extrañas cuando salga de su hogar.
