Palu (Indonesia), 6 oct (EFE).- Los equipos de rescate de Indonesia comienzan a hacer llegar la ayuda a los supervivientes en las zonas más remotas de la isla Célebes afectadas hace ocho días por un terremoto y tsunami que ha provocado más de 1.500 muertos, informaron hoy fuentes humanitarias.
La población de Donggala y otras zonas de difícil acceso como el municipio de Sigi, son algunos de los puntos donde comienza a fluir la asistencia que proporcionan autoridades y ONG locales, según dijo a Efe la portavoz de la Cruz Roja, Iris Van Deinse.
La organización distribuyó ayer lonas impermeables para 1.000 familias en Donggala y Balaroa, uno de los barrios más afectados de Palu, la capital provincial, y donde la rama indonesia de la organización cuenta con siete camiones cisterna operativos de agua potable, añadió Van Deinse.
Un helicóptero de la ONG y varios del ejercito vuelan hacia las zonas cuyo acceso por tierra ha quedado cortado para asegurar el suministro de víveres y ayuda básica para la población.
El gobierno indonesio aceptó el miércoles la oferta de ayuda de 17 países de los 29 que se ofrecieron para el envío de aeronaves de transporte, generadores, tiendas de campaña y tratamiento de agua.
Sin embargo las autoridades indonesias mantienen restricciones a la colaboración de organizaciones internacionales, incluidos personal sanitario y especialistas en búsqueda y rescate como los que llegaron de India, Francia y España, según indicaron a Efe fuentes diplomáticas y varias organizaciones.
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Mientras, prosiguen los trabajos para restablecer en la zona afectada servicios básicos como el suministro eléctrico.
Seis de las siete subestaciones de electricidad que quedaron dañadas han sido reparadas y el servicio se ha restablecido en un 70 por ciento con el apoyo de 46 generadores, indicó un miembro de la ONG local ACT tras una reunión de coordinación con las autoridades.
En Palu, bancos y comercios están abiertos y el caos en la distribución de alimentos, agua y gasolina de los primeros días se ha calmado con la llegada de numerosas organizaciones nacionales, partidos políticos y otros grupos que participan en las tareas de asistencia.
Los cadáveres continúan siendo retirados con frecuencia de las zonas más afectadas, como el pueblo de Petobo, situado a unos 7 kilómetros al sureste de Palu, o Balaroa, donde las ONG sobre el terreno estiman que más de un millar de personas pudieron quedar sepultadas.
El cómputo de víctimas mortales oficial aumentó ayer a 1.571, los heridos a 2.549 y los desaparecidos a 152, mientras más de 70.000 personas se han visto desplazadas.