Los arqueólogos han descubierto un esqueleto enterrado de una forma muy poco usual en un sitio arqueológico de la Antigua Roma en Lugnano, Italia.
El descubrimiento del cuerpo de un niño de 10 años sugiere que se habían tomado medidas para evitar que el niño, posiblemente infectado de malaria, se levantara entre los muertos y transmitiera la enfermedad a los vivos. Los huesos son del siglo V, cuando un brote de malaria mortal se extendió por el centro de Italia.
Los restos óseos, descubiertos por arqueólogos estadounidenses de la Universidad de Arizona y la Universidad Stanford, junto con arqueólogos de Italia, incluyen un cráneo con una roca intencionalmente insertada en la boca. Los investigadores creen que la piedra pudo haber sido colocada allí como parte de un ritual funerario diseñado para contener la enfermedad y el cuerpo mismo.
El esqueleto es conocido localmente como el 'vampiro de Lugnano', por el sitio donde fue encontrado. La evidencia recopilada sugiere que el niño estaba infectado con malaria en el momento de su muerte.
"Nunca he visto algo así. Es extremadamente extraño y espeluznante", dijo el profesor David Soren, arqueólogo de la Universidad de Arizona, quien ha dirigido las excavaciones en la región durante más de tres décadas.
Vampire of Lugnano: Researchers unearth ‘extremely eerie and weird’ evidence of vampire burial at the Cemetery of the Babies in Italy #vampire #archeology https://t.co/Y6ElE4FuAN via @Strange_Sounds pic.twitter.com/gWxODIm63y
— Strange Sounds (@Strange_Sounds) October 14, 2018
Los restos se encuentran en el llamado Cementerio de Niños, un sitio que contiene docenas de cuerpos de niños y evidencia de brujería, incluidos huesos de sapos, garras de cuervos y calderos de bronce.
Los arqueólogos creen que el cementerio había sido reservado específicamente para los bebés y niños pequeños que eran los más vulnerables a la malaria, destacó Sputnik Mundo.
En otra parte del sitio, una niña de tres años había sido enterrada con piedras en sus brazos y pies, una práctica que debería evitar que los cadáveres volvieran a la vida.