Tras el reconocimiento por parte de la monarquía saudita del homicidio en su consulado, jefes de estado, parlamentarios y gobiernos del mundo se han pronunciado sobre el caso.
Tras el reconocimiento por parte del gobierno de Arabia Saudita de que el asesinato del periodista opositor Jamal Khashoggi efectivamente se produjo en el consulado de su país en Estambul, Turquía, distintos jefes de estado, parlamentarios y gobiernos del mundo se han pronunciado sobre el caso.
En un comunicado conjunto emitido este domingo, Alemania, Francia y el Reino Unido condenaron el homicidio de Khashoggi calificando su muerte de “injustificable”, e instando al gobierno saudí a realizar una “aclaración urgente”.
“Existe una necesidad urgente de que se aclare qué es lo que sucedió exactamente el 2 de octubre, más allá de las hipótesis hasta ahora mencionadas por la investigación saudí, que tienen que ser respaldadas por hechos para ser consideradas creíbles”, reza la declaración firmada por los ministros de Exteriores de las tres potencias europeas.
Por su parte, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, aseguró este domingo que las investigaciones turcas revelarán la verdad "con su cruda realidad". El mandatario señaló que brindará nuevos detalles del caso el próximo martes en una reunión con miembros de su gobierno en el Parlamento.
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Desde Estados Unidos (EE.UU.), aliado estratégico de la monarquía saudí, se señaló la posibilidad de implementar sanciones contra el país árabe. El presidente Donald Trump calificó el caso como "algo muy serio". Arabia Saudita "ha sido un gran aliado nuestro, por eso es tan triste", se lamentó el mandatario días antes de que se confirmara el homicidio del periodista en el consulado.
Asimismo, este domingo se pronunció el senador demócrata estadounidense, Martin Heinrich, quien exigió a la Casa Blanca que prohíba las importaciones de petróleo de Arabia Saudita, al tiempo que calificó el homicidio de Khashoggi como un "asesinato a sangre fría patrocinado por el estado" saudí.
"Los saudíes creen claramente que pueden evitar consecuencias reales bajo el liderazgo del presidente Trump, pero nosotros como país debemos levantarnos y demostrar que están equivocados", aseguró el senador, agregando que EE.UU. "no puede permitir que esta grave violación de los derechos humanos quede sin respuesta".