JUCHITÁN, México (AP) — Miles de migrantes centroamericanos reanudaron su lenta marcha a través del sur de México el jueves, y activistas que los ayudaban dijeron que torcían su rumbo hacia la costa del Golfo, un camino más corto hacia la frontera con Texas.
El grupo inició la marcha tras tomarse un día de descanso en Juchitán, Oaxaca, y los activistas dijeron que tratarían de recorrer los 65 kilómetros hasta Matías Romero.
Trataron de obtener transportes en Juchitán, pero fracasaron, lo que los obliga a continuar a pie o en los transportes que puedan conseguir.
Los migrantes no dijeron qué ruta tienen previsto seguir en su camino hacia la frontera con Estados Unidos ni qué paso fronterizo planean alcanzar y Juchitán, a unos 1.450 kilómetros (900 millas) del territorio estadounidense, es una especie de encrucijada.
Elegir Jalapa del Marqués como su próximo destino parece indicar que optaron por viajar hacia la capital del estado de Oaxaca, del mismo nombre, en lugar de dirigirse al norte hacia el estado de Veracruz, que es una ruta habitual hacia McAllen, Texas.
Caravana de migrantes circulando de Juchitán hacia Matias Romero sobre carretera Transistmica, con abanderamiento y protección de la Policia Vial Estatal,Policía Federal y Policia Estatal @PolVial_GobOax pic.twitter.com/wOZ7d7uJn4
— Oscar Rodríguez (@OsMaFco) November 1, 2018
El miércoles por la noche quedó claro que las autoridades mexicanas no accedían a la demanda de la caravana de enviar docenas de autobuses para trasladar a sus alrededor de 4.000 integrantes a la Ciudad de México.
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“Fracasaron los intentos de viajar en autobús”, reconoció Walter Cuello, coordinador de la caravana.
Tras pasar la noche anterior en una propiedad municipal ubicada a las afueras de Juchitán, los migrantes comenzaron a buscar algo para comer mientras de fondo se escuchaban las canciones del cantante mexicano Vicente Fernández.
Los anuncios realizados en los altavoces daban instrucciones para el uso del baño y señalaban que está prohibido cobrar dinero para cargar los teléfonos.
El personal de la Cruz Roja vendaba los pies hinchados del campesino hondureño Omar López, quien caminó sobre el asfalto caliente de la carretera todos los días durante las dos últimas semanas y pasó las noches sobre aceras de concreto cubierto solamente por una hoja de plástico.