Prostitutas del Distrito Rojo de Ámsterdam buscan ampliar sus horizontes

amsterdam

Las chicas de la vida galante que inundan los grandes escaparates de la Zona roja de Ámsterdam, se han convertido en el principal centro turístico de la ciudad. El creciente flujo de turistas ha causado problemas a los residentes y trabajadoras sexuales que trabajan desde las grandes ventanas.

Los insultos y constantes flashazos de las selfies y fotos de los turistas que miran boquiabiertos a las mujeres detrás de las vitrinas, pero no entran, es lo que pone en peligro sus ingresos, destaca el medio Sopitas.com.

Más que decirles el clásico dicho de que ‘si no compran no estorben’, algunas de las mujeres se han unido a la propuesta de los partidos de coalisión GroenLinks, D66 y SP, para que emitan nuevos permisos para ejercer el oficio más viejo del mundo, en otras áreas fuera de la Zona Roja.

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Esperan que esto ponga de relieve la presión sobre el bullicioso centro de la ciudad y haga que las vidas de las personas que ejercen el trabajo sexual sean más fáciles y seguras. “La idea es que las trabajadoras del sexo tengan más opciones que trabajar desde sus casas o en zonas turísticas donde tienen mucho más anonimato y a la vez resolverá el problema de la escasez de espacios de trabajo legales”, declaró Alexander Hammelburg, miembro del partido D66.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Pero no todas las trabajadoras sexuales están satisfechas con su idea. Y es que muchos de los posibles clientes tampoco se atreven a pasar, justamente por  la multitud de turistas. La legalidad de actividades no permitidas en otras partes del mundo, como la prostitución o el consumo abierto de drogas, atraen a millones de turistas que entre el placer o con un toque de morbo, visitan la capital de los Países Bajos.

Muchas de las trabajadoras veteranas que se retiran del oficio comienzan una nueva vida como guías de turistas, ofreciendo un servicio con una perspectiva diferente. Cuentan sus experiencias mientras muestran los encantos de la ciudad con sus propios secretos y acercándalos a una mirada diferente a la comunidad. 

El locatario del burdel ‘Bert Nap’ no considera que el plan sea particularmente constructivo. “Abres la prostitución en algún lugar y luego esperas que todo desaparezca aquí en el Barrio Rojo, lo encontré ingenuo”, dijo.