Por lo general, la pizza encanta a la mayoría de la población. Ese delicioso olor que sale del horno cuando se está cocinando, la seducción de los sentidos del queso caliente y fundido, la sensación de su base crujiente y esponjosa… definitivamente es difícil de resistir.
Algunas personas consideran este alimento como "poco sano" y hasta la catalogan dentro del grupo de la famosa comida chatarra.
El uso de ingredientes incorrectos, muchas veces el exceso de éstos dentro de la pizza, y comer en demasía es lo que le ha dado esta fama, pero esto no tiene porqué ser así.
La verdad es que la pizza es un alimento completo por su variedad de ingredientes.
La nutricionista Chelsey Amer rompió un mito al afirmar que desayunar una tajada de pizza es más nutritivo que el un tazón de cereales.
“Una rebanada de pizza y un plato de cereal con leche tienen casi la misma cantidad de calorías”, afirmó la nutricionsta, según Ojo.
Gracias alto número de proteínas al comer la pizza uno se siente más lleno y saciado por más tiempo. Por su lado, los cereales tienen azúcares añadidos que causan sobrepeso y obesidades que pueden derivares en problemas cardíacos y hasta diabetes.
En conclusión, al tener más azúcares, comer cereales en el desayuno hace que el cuerpo pida comida en mucho menos tiempo que la pizza.
Si comes una pizza hecha con queso, jamón, tomate y, además, le añades algunas hortalizas y verduras como champiñones, alcachofas, pimiento o cebolla, no necesitas nada más para que tu comida resulte de lo más completa.
La pizza contiene carbohidratos (los que contienen la harina), proteínas (las del queso y jamón), grasas (queso y jamón), fibra, vitaminas y minerales.
En pocas palabras, la pizza tiene todos los nutrientes necesarios para el organismo. Para redondear la jugada sólo hace falta que le añadas un chorrito de aceite de oliva.
¡Así que todos a disfrutar de la pizza!
