CIUDAD DEL VATICANO (AP) — El nuncio apostólico retirado que remeció a la Santa Sede con acusaciones de encubrimiento de abusos sexuales ofrece ahora su versión de la historia en otro escándalo: una pelea familiar en torno a una herencia multimillonaria.
El arzobispo Carlo Maria Viganó está tratando de explicar un fallo judicial italiano que obliga a pagarle 1,8 millones de euros a su hermano, también sacerdote. La sentencia judicial apareció en las primeras planas dado que Viganó, en una actitud sin precedentes, exhortó al papa Francisco a renunciar por no haber sabido, según él, afrontar los abusos sexuales cometidos por curas.
Viganó dijo en un comunicado el lunes que su hermano había solicitado 40 millones de euros de su herencia compartida, pero que una serie de 10 casos civiles, penales y administrativos habían fallado en su contra. Viganó acusó a su hermano de someterlo a un "asedio judicial y una verdadera campaña de difamación en la prensa".
Desde hace tiempo Viganó se presenta como un campeón de la transparencia y un paradigma de rectitud en un mar de corrupción en la Iglesia Católica.
El comunicado emitido por los abogados del exarzobispo, escrito en el mismo tono, dice que Viganó ama profundamente a su hermano y no apelará la decisión de la corte aunque la considera "equivocada e injusta" y en todo caso había asignado la mayor parte de su herencia a obras de caridad.
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Viganó provocó un remezón en 2012 cuando rogó al papa Benedicto XVI que no lo transfiriera de la administración del Vaticano, que él consideraba una represalia por sus esfuerzos para combatir la corrupción. De acuerdo con cartas que se filtraron en ese momento, Viganó agregó que debía permanecer en Roma para cuidar de su hermano enfermo _el mismo de la pelea por la herencia_ aunque ese hermano vivía en Chicago en ese momento.
Benedicto XVI transfirió a Viganó, a quien nombró embajador a Estados Unidos. Desde allí, Viganó dijo que envió numerosos memorandos a sus superiores en Roma acerca de las denuncias de que el ahora excardenal Theodore McCarrick, arzobispo retirado de Washington, había abusado sexualmente de seminaristas.
Viganó reveló esas denuncias en su explosiva acusación publicada en agosto de que los funcionarios del Vaticano estaban al tanto de las denuncias contra McCarrick desde el 2000, pero cerraron los ojos hasta que finalmente Benedicto XVI lo sancionó. Viganó acusó a Francisco de rehabilitar a McCarrick en 2013 y lo exhortó a renunciar.
Francisco no ha respondido, aunque indirectamente ha aludido a Viganó como el demonio y ha autorizado una investigación limitada en los archivos vaticanos del escándalo de McCarrick. Este renunció al cardenalato en julio cuando una investigación halló creíble la acusación de que había manoseado a un adolescente.