Roma, 6 dic (EFE).- El párroco de la iglesia de san Torpete, en Génova, cerrara su iglesia en Navidad en protesta contra la llamada "ley Salvini" promulgada en Italia que endurece la política antiinmigración de Roma y facilita las expulsiones.
El sacerdote Paolo Farinella alega "objeción de conciencia" para justificar esta drástica medida, pues afirma que "si Jesús, con María y José se presentaran hoy para celebrar su nacimiento, con el decreto inmundo de Salvini serían parados en la frontera y echados atrás", según escribe en su blog.
Asegura el sacerdote que quien apoya la ley impulsada por el líder de la ultraderechista Liga y ministro del Interior, Matteo Salvini, está "matando a Dios" y siendo cómplice.
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Afirma que la ley "llamada pudorosamente decreto de seguridad es un decreto de inseguridad masiva y recorte de los valores y sentimientos más profundos de la democracia y el derecho".
El párroco de esta iglesia del centro histórico de Génova se pregunta "¿con qué derecho los cristianos podemos pretender celebrar el Nacimiento de Jesús cuando su país, sin ninguna resistencia o protesta, expulsa como hombre al hijo de Dios?".
Considera su decisión como "una huelga personal" y "el único gesto de dignidad que queda".
Por todo ello, la iglesia de San Torpete en Génova permanecerá cerrada desde el sábado 24 hasta el la Epifanía del 5 de enero, con el fin de "estimular el pensamiento y la reflexión de los creyentes y de cuantos tengan conciencia".