El presidente estadounidense, Donald Trump, se levantó este miércoles de una reunión con los líderes demócratas destinada terminar con la parálisis presupuestaria que se encamina a ser la más larga de la historia del país, insistiendo en la necesidad de construir un muro en la frontera con México.
Era "una total pérdida de tiempo", escribió en Twitter Trump después del final abrupto de la reunión con la líder de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el líder de la minoría en el Senado, Chuck Schumer.
Just left a meeting with Chuck and Nancy, a total waste of time. I asked what is going to happen in 30 days if I quickly open things up, are you going to approve Border Security which includes a Wall or Steel Barrier? Nancy said, NO. I said bye-bye, nothing else works!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) January 9, 2019
"Les dije adiós", agregó el presidente estadounidense, que el martes en su esperado discurso en el Despacho Oval utilizó un tono dramático para intentar convencer a la opinión pública de la necesidad de erigir una barrera de acero en la frontera con un costo de 5.700 millones de dólares.
Mientras, unos 800.000 funcionarios federales afectados esperan una resolución del conflicto que los tiene en ascuas desde el 22 de diciembre. Muchos de ellos se encuentran a una baja obligatoria sin sueldo, que los enfrenta a graves problemas financieros que se agudizan con cada día que pasa.
Pelosi y Schumer habían acudido a la Casa Blanca, en un momento en que el tono de las discusiones se ha endurecido.
"El presidente simplemente se levantó y se fue", relató Schumer a la salida de la reunión.
La pugna por el muro, que forma parte de las promesas de campaña de Trump, se da en medio de un cambio del ciclo político en Estados Unidos, después de que la semana pasada los demócratas recuperaran el control de la Cámara de Representantes, aunque los republicanos siguen teniendo mayoría en el Senado.
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"Creo que el presidente dejó clara su postura de que no va a haber ningún acuerdo sin un muro", dijo el vicepresidente, Mike Pence, tras la reunión.
– Daños colaterales –
Los demócratas realizaron una conferencia de prensa con funcionarios afectados.
"Estas personas aquí detrás de mí ilustran los verdaderos daños colaterales del 'shutdown' del presidente Trump", dijo Schumer.
Trump dijo a los periodistas que si no logra lo que quiere, podría declarar emergencia nacional, lo que le otorgaría medidas extraordinarias para sortear la venia del Congreso y obtener los fondos de los militares.
"Creo que podemos trabajar en un acuerdo, y sino podemos tomar esa ruta", dijo insistiendo en que tiene el "derecho absoluto" a utilizar esta herramienta, pensada para un estado de catástrofe como una epidemia o un ataque, pese a las advertencias desde el Congreso de que podría estar extralimitándose en sus funciones.
Tras la reunión la prensa le preguntó al vicepresidente si Trump se estaba acercando a la posibilidad de declarar una emergencia y él contestó: "El presidente ha dejado claro que está contemplándolo. Él cree que tienen la autoridad para hacerlo".
Para la oposición, la idea del muro es "inmoral", además de cara e ineficaz. El martes, Nancy Pelosi, quien recuperó su puesto como líder de la mayoría demócrata en la Cámara Baja la semana pasada, replicó a Trump tras su discurso y lo acusó de mantener como "rehén al pueblo estadounidense".
– Hacia la parálisis más larga –
Para el jueves, Trump programó un viaje a la frontera para "reunirse con quienes están en la primera línea".
"¿Cuánta más sangre de estadounidenses tiene que ser derramada antes de que el Congreso haga su trabajo? Para quienes se niegan a un acuerdo en nombre de la seguridad fronteriza, yo les pediría que se imaginen si fuera su hijo, su esposo o su mujer cuya vida quedó totalmente destrozada y rota", dijo.
Pero Pelosi refutó esta tesis y dijo que el problema de verdad son "las políticas crueles y contraproductivo" que han hecho que la frontera sea aún más peligrosa para los migrantes vulnerables, incluyendo las familias.
En diciembre, dos niños migrantes guatemaltecos murieron en custodia del servicio de vigilancia fronteriza, lo que desató una indignación general, que obligó al Departamento de Seguridad Interior (DHS) a tomar medidas adicionales de protección.
En tanto, la parálisis presupuestaria se acerca a ser la más larga de la historia batiendo el récord del cierre parcial del gobierno de 21 días entre finales de 1995 y principios de 1996 bajo la presidencia de Bill Clinton.