Como todos los días el cadete Carlos Antonio García Amador, de 58 años, salió a ganarse la vida a bordo de su taxi, sin imaginar que encontraría la muerte la madrugada de este martes en una calle de Villa San Jacinto, Managua, al ser ultimado de un certero balazo en la cabeza.
Según relato de testigos, fue abordado por varios delincuentes que se hicieron pasar como pasajeros, quienes ya en marcha en una zona oscura asaltaron al taxista, el que se resistió y fue cuando le quitaron la vida.
“Yo pasé por aquí como a las 4 y 15 de la mañana porque yo voy a dejar una gente en el Iván (Mercado Iván Montenegro), entonces miré que el señor estaba ensangrentado y le digo a mis pasajeros: 'ese señor está herido', me regresé y al acercarme vi que tenía un balazo en la cabeza, fue cuando llamé a la policía y llamé a la dueña del carro”, manifestó Franklin Campos, caponero de la zona.
“Esto está peligroso, él salió como todos los días, dicen que subió a unos pasajeros que en realidad eran delincuentes y fue cuando se dio el suceso. Aparentemente él se opuso al asalto y le dispararon en la cabeza. Aparte que esta zona es peligrosa porque hay muchos expendios de droga, los taxistas tenemos que tener cuidado en meternos en zonas como estas que son peligrosas”, señaló Don Javier Orozco, otro obrero del volante.
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Una vez notificado el crimen, autoridades policiales y peritos iniciaron las investigaciones y con la ayuda de la técnica canina se inicio un tenaz operativo que recorrió al menos dos kilómetros por calles y andenes de Villa Reconciliación y Las Américas Uno, hasta que el can marcó una vivienda del anexo a Villa Reconciliación Sur.
En el lugar los agentes del orden detuvieron como principales sospechosos a Julio Eliezer Flores y Carlos Augusto Flores, quienes según relato de vecinos tenían pocos días de haber salido de la cárcel pues habían cometido robo con intimidación.
“Yo no sé de qué me acusan, somos inocentes”, fueron las únicas palabras de los detenidos.
El obrero del volante quien era conocido cariñosamente por sus amigos como “La Chancha”, habitaba en el barrio Santa Elena, sin embargo su cuerpo sería trasladado al municipio de La Concepción, Masaya, de donde era originario, para ser velado.
Mientras tanto la Policía Nacional continúa con las investigaciones que lleven al pronto esclarecimiento de este caso.