Tras haberse visto obligado a atrasarlo por el cierre administrativo que él mismo provocó, Donald Trump empleó el martes su segundo discurso sobre el Estado de la Unión para prometer que acabará de construir el muro con México y advertir a los demócratas en contra de abrir investigaciones sobre su fortuna personal, sus negocios familiares o su Gobierno. Lo que comenzó como una llamada a la concordia y la unidad nacional acabó en una proclamación anticipada de victoria por todos los logros que Trump se atribuyó a un año de que comience la campaña electoral de 2020.
«En el pasado, la mayoría de las personas en esta sala han votado a favor de un muro, pero el muro nunca se ha construido. Yo lo construiré», dijo el presidente, que se ciñó al texto que traía ya escrito, absteniéndose de sus habituales improvisaciones. Por mandato constitucional, cada año el jefe del ejecutivo debe detallar sus propuestas legislativas, bien por escrito o bien en un discurso ante las dos cámaras del Capitolio en pleno. Suele ser el discurso político más visto del año, y en esta ocasión Trump batió todos los récords con 49 millones de espectadores, siete millones más que Barack Obama.
Esas audiencias masivas explican en parte por qué Trump aceptó reabrir el Gobierno tras 35 días de cierre. El presidente exigía 5.700 millones de dólares para proseguir la construcción del muro con México. Los demócratas, que desde enero controlan la Cámara de Representantes, se los negaron. Al carecer la Administración de presupuestos, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, le propuso a Trump bien posponer el discurso o bien enviarlo este año por escrito. En una semana, Trump cedió, sin haber logrado un solo céntimo para el muro.
Según ABC, en su discurso, el presidente volvió a alertar de que una caravana con criminales avanza desde Centroamérica a la frontera de EE.UU. «Este es el momento de que el Congreso le muestre al mundo que estamos decididos a ponerle fin a la inmigración ilegal y acabar con el negocio de los despiadados coyotes, cárteles, traficantes de drogas y traficantes de personas», dijo Trump.
La del muro es una guerra que aún queda por librar. Los presupuestos en vigor son provisionales y expiran el 15 de febrero. Entonces Trump puede volver a cerrar el Gobierno y dejar a 800.000 funcionarios sin sueldo, o puede declarar el estado de emergencia y construir el muro con fondos reservados para el ejército. Eso, con toda probabilidad, provocaría una investigación sobre posible abuso de poder. Anticipándose a esas complicaciones, el presidente advirtió de «investigaciones políticas o partidistas». «Si queremos que haya paz y ley, no puede haber guerra ni investigaciones. ¡Las cosas no funcionan así», dijo Trump.
En el plano internacional, Trump se comprometió a apoyar a la oposición al régimen de Venezuela en su «digna lucha por la libertad»; a retirar a los soldados norteamericanos de Siria e Irak, y a conseguir la desnuclearización de Corea del Norte. Esto último intentará conseguirlo en su segunda cumbre con el dictador Kim Jong-un en 27 y 28 de febrero en Vietnam, según reveló en el discurso.
Al discurso de Trump las mujeres demócratas en la Cámara de Representantes acudieron vestidas de blanco, un color que representa la lucha de las sufragistas por el derecho a votar. Cuando el presidente celebró que en esta legislatura haya más mujeres que nunca en el Capitolio, estas no sólo le aplaudieron, sino que rompieron a bailar, algo ante lo que Trump dijo: “¡Esto me gusta!”.