Opinión: Mundo al revés – la «anormal» normalidad de Nicaragua

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Extraemos esta nota de parte del medio digital Redvolución, en el cual se hace un análisis de la situación en Nicaragua, con énfasis en el tema de la "normalidad", la que la oposición intenta tanto indicar que no existe.

A continuación el texto íntegro:

Managua, viernes por la noche; la gente sale a bares y discotecas, toman, fuman, bailan, comen, ríen, cantan; lo único oscuro es la noche. ¿Qué hay de anormal en esto?, ¿Esto no es normal?

La Nicaragua que tuvo miedo ya no está, no es la misma, ya no tiene miedo; así mismo, la gente que durante abril y mayo no salían de sus casas, hoy quieren recuperar el tiempo perdido.

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Contra esto, la oposición nicaragüense ha creado una matriz comunicacional, que les ha costado validar, en la que dicen que “nada está normal

La campaña nada está normal consiste en la inasistencia a clases, no celebrar fiestas, cumpleaños, no ir a conciertosalegría o la dinámica común y diaria de la gente en Nicaragua.

En Redvolución siempre recordamos las estrategias hitlerianas para instalar matrices de opinión; Goebbels hablaba de la mentira y su constante repetición.

Las "cosas anormales"

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Según los medios de comunicación de derechas, anormal es que la Policía Nacional esté en las calles reguardando la seguridad

La oposición dice que es anormal la tranquilidad que viven los nicaragüenses, significa que, ¿es más común el caos que la tranquilidad?

No es normal que Nicaragua se realicen conciertos con artistas internacionales, ni que la gente vaya a fiestas, lo normal, aparentemente, es que la gente viva encerrada en sus casas.

Hay otros elementos que juegan dentro de esta campaña de desnormalización de lo cotidiano en Nicaragua, y que se prestan a campañas en contra del Gobierno, pero que son totalmente absurdas.

No parece ser normal que una distribuidora de combustible cambie su imagen publicitaria.

 

Fuera de lo común es que el Estado entregue útiles escolares, y menos normal es que esos útiles lleven logos de instituciones del Estado.

 

Cuando el gobierno de Nicaragua entregue becas a los jóvenes, es una anormalidad.

 

Anormal es que en Nicaragua se hagan torneos deportivos.

 

Lo que sí es normal es que un adinerado defienda a los trabajadores y a los más pobres.

 

Anormalidad es que se acondicionen, mejoren y construyan cárceles para satisfacer condiciones de privados de libertad.

 

Los opositores han metido una matriz de opinión totalmente absurda, ni ellos se lo creen, ni ellos lo practican; vemos a trabajadores de El Nuevo Diario y La Prensa, disfrutar sus paseos por Nicaragua sin Tranques.

 

Vemos a personajes de la oposición en Nicaragua, andar en fiestas y en conciertos, participar de actividades y eventos impulsados por el Gobierno, pero recuerden: Nada está normal, porque no está como ellos quieren que esté.