Mauricio Víquez no dejará de ser sacerdote a pesar de que la Arquidiócesis de San José en Costa Rica confirmó este lunes que fue expulsado por el Vaticano.
La Iglesia Católica lo ha vetado debido a las denuncias que pesan sobre él por abuso sexual en contra de menores.
En total son nueve acusaciones canónicas (dentro de la Iglesia católica) y una más del tipo penal, precisamente por esta última causa la Fiscalía giró una orden de captura internacional, ya que Víquez jaló del país el 7 de enero anterior.
Ha trascendido que el religioso se encuentra en México y según la Dirección General de Migración y Extranjería todavía no ha regresado al país.
El padre Alejandro Jiménez, vicario judicial de la Arquidiócesis de San José aclaró muchas preguntas que los costarricenses se hacen sobre este caso.
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– ¿El padre Víquez perderá su condición de sacerdote con la expulsión?
En este tema en particular entra en juego un aspecto de la doctrina católica, ya que tanto el sacramento del bautismo, la confirmación y el orden sacerdotal no pueden ser borrados, por lo que la pena que Mauricio recibe es la expulsión del estado clerical.
– ¿Entonces a qué se refieren cuando se habla de expulsión?
De lo que se está hablando es de una expulsión del estado clerical, es decir que quien ejercía como ministro sagrado, en el grado de los presbíteros, pierde a partir de este momento todas las prerrogativas (beneficios) del ejercicio del sacramento, es decir, no puede celebrar los sacramentos ni actuar en nombre de la iglesia.
–¿Qué es lo que se le impide hacer a Víquez?
El padre ya no puede ejercer más ninguna de las funciones del orden sacerdotal, así que no podrá celebrar misas, no podrá confesar, no podrá realizar matrimonios ni bautilizar. Él sigue siendo parte de la Iglesia católica, pero perdió el estado clerical.
–Si el padre Víquez presenta una apelación ¿qué procedería en ese caso?
Con respecto a una posible apelación del padre Mauricio, la Santa Sede a través de la congregación de la doctrina de la fe, valoraría los argumentos que él proponga para responder y ver si es factible echar para atrás la sentencia, posibilidad que debido a la situación es muy poco probable que la Santa Sede atienda positivamente una apelación (por los múltiples hechos que se le acusan).
–¿Qué sucede si Mauricio Víquez no apela?
Si el padre Víquez no apela en el tiempo estipulado (60 días) la sentencia queda en firme y no tiene revocatoria.
#AmericaLatina | “Impóngase al reverendo padre Mauricio Víquez Lizano, sacerdote de la arquidiócesis de San José, pena perpetua y expiatoria de expulsión del estado clerical”. https://t.co/vJkTZg0fqk
— TN8 Nicaragua (@canaltn8) February 26, 2019