Este 6 de marzo, la iglesia católica de Nicaragua celebra el miércoles de ceniza que marca el inicio de la Cuaresma.
Este tiempo está conformado por 40 días en que las familias están llamadas a la oración, penitencia, ayuno y caridad. El miércoles de ceniza marca el inicio de la Cuaresma que es el camino espiritual hacia la conmemoración de la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
"Con esta Eucaristía iniciamos este tiempo de preparación para la Pascuamiércoles de ceniza hasta el jueves santo. Es importante en la Biblia el número 4, es significativo, porque expresa, por ejemplo, los puntos cardinales que abrazan a todo el universo; todo lo creado está expresado en el número 4. El cero también es un número significativo porque el 0 representa la vida en la tierra, lo que nosotros somos: los sufrimientos, las dificultades, lo mortal que somos. Celebrar el inicio de esta Cuaresma es evocar, es tener el recuento de 40 días del diluvio que purifica la tierra el mal que había dicho el hombre. De igual manera 40 años que el pueblo pasó vagando en el desierto para llegar a la Tierra Prometida; 400 años de esclavitud del pueblo de Israel en Egipto y 40 días también de la preparación de Jesús para misión", explicó el sacerdote que celebró la santa misa.
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En la iglesia La Merced, del barrio Larreynaga, el vicario Padre Juan Pastor Lozano, celebró una santa misa con la comunidad educativa del Colegio Santa Luisa de Marillac. A ellos se les impuso la cruz que recuerda que el ser humano fue creado del polvo y a ese mismo estado regresa una vez fallece.
"Su significado es humildad, penitencia, arrepentimiento. La misma frase bíblica, que ya escucharemos de quien nos imponga la ceniza, nos recuerda que 'polvo somos y en polvo nos convertiremos' 'conviértete y cree en el evangelio': es lo mortal que somos, las cosas malas que hemos hecho. Vivir la ceniza es reconocer con humildad la fragilidad y la mortalidad y es una forma de decir yo necesito ser redimido por la misericordia de Dios", explicó el sacerdote.
Durante todo este tiempo en los templos predomina el morado, que es un color litúrgico que significa preparación espiritual y penitencia.
A partir del viernes, los católicos del país comienzan el rezo del Vía Crucis, que recuerda las escenas que vivió Cristo desde su condena a muerte hasta que expiró en la cruz en el Monte Calvario.
