En Godella, Valencia, España, una mujer identificada como María G. M mató a sus pequeños hijos, una niña de tres años y un bebé de cinco meses, cuando el pasado miércoles los dejó ahogar en una fosa séptica a la que se tuvo que tirar el padre para rescatar a uno de ellos.
La pareja vivía en una casa abandonada en medio de una zona llena de matorrales y difícil acceso. Ella, de 27 años, habría además dejado una nota de despedida a su madre en la que supuestamente pone "me voy con el Creador.
Los agentes encontraron a la mujer este jueves por la mañana metida en un bidón de plástico en posición fetal, semidesnuda y con arañazos, después de que un vecino alertara a la Policía de que la había visto corriendo desnuda con manchas de sangre y siendo perseguida por su pareja, el padre de los niños, un ciudadano de origen belga de 32 años identificado como Gabriel.
La mujer al ser trasladada decidió dar las primeras declaraciones Guardia Civil lo cual enuncia:
"Desperté a Gabriel de madrugada porque quería tener sexo, porque hace mucho tiempo que no nos acostábamos.
Tengo miedo, porque Gabriel me ha pegado una paliza esta mañana y tengo mucho miedo y me estoy ocultando aquí. ¿Dónde están mis hijos? Quiero ver a mis hijos, me da miedo que les haya pasado algo a mis hijos. Hay una secta (Organización religiosa) que nos persigue y tengo un hijo que está poseído por el diablo".
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La Policía estuvo allí el pasado lunes según los medios locales, este había intervenido en varias ocasiones previas con el matrimonio ahora detenido, aunque en ninguna ocasión por hechos de gravedad.
La última de las intervenciones se produjo el pasado lunes 11 de marzo, cuando los agentes se comparecieron en la caseta donde vivían en condiciones insalubres tras un aviso de la madre de María, que había discutido con su hija y temía que esta pudiera autolesionarse o suicidarse.
En ese momento, los agentes comprobaron que la mujer se encontraba bien y los niños también, pero avisaron a los servicios sociales del ayuntamiento, que también habían trabajado con esta familia anteriormente.
La niña de tres años, estaba escolarizada en el colegio público San Sebastián de Rocafort, según Las Provincias, pero no acudía al centro desde mediados de febrero. Al parecer, la pareja presentaba problemas mentales, consumían drogas y se decían seguidores de los Illuminati de Baviera, una sociedad.
Entre los allegados a la pareja se comentan "rarezas" de Gabriel como que a veces se colocaba papel de aluminio sobre la cabeza para protegerse de los extraterrestres o que colocaba cráneos de animales en su casa para "protegerse de los demonios".