Hace 29 años, en Managua, falleció el muy querido Padre Rafael María Fabretto, italiano que llegó a Nicaragua en 1950 para internarse en las montañas de San José de Cusmapa, donde hoy lo recuerdan con fervor.
Hasta este municipio llegaron este viernes peregrinos de diferentes partes del país para honrar la memoria del sacerdote en su aniversario 29 de fallecido, que se ganó el cariño de los campesinos indígenas de esa zona.
Después de 29 años, aún recuerdan al padre Rafael María Fabretto con lágrimas en los ojos. En las afueras de las casas, se observan galerías de fotos plasmadas en altar, haciendo reverencia al sacerdote que extendió su mano amiga para desarrollar el municipio.
Cuentan quienes lo conocieron que tenía un espíritu de progreso, trabajo en la construcción de carreteras, llevando alimentos, abrigo y compartiendo el pan de vida a todas las familias, especialmente con los niños.
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“Esa fue la herencia que nos dejó, mas con el campesinado, con las personas que ni hablar el español podían, cuando el padre Fabretto me trajo a Cusmapa este lugar era pequeño, había mucha pobreza y trabajamos juntos para desarrollar este lugar”, relató Walter Nicaragua, quien llegó a Cusmapa con el padre Fabretto.
Los habitantes de todo el municipio se reconocen como familias, porque el Padre Fabretto fue quien adoptó a sus progenitores y les enseñó muchos oficios.
“En los 50 años que estuvo en este lugar, fueron 10 mil hijos los que obtuvo, a quienes les enseñaba muchas cosas”, expresó Doña Fidelina Centeno, quien trabajó de la mano con el sacerdote italiano.
Para conmemorar los 29 años de su partida física, en el poblado lo recordaron con alegría, música, teatro, danzas, altares en las viviendas, vigilia y actividades religiosas.
Desde hace tres años, El Vaticano aceptó la propuesta para iniciar el camino a la canonización, por que quienes lo conocieron reconocen múltiples milagros atribuidos al Padre Rafael María Fabretto.