Los científicos han descubierto un nuevo tipo de serpiente que puede atacar a sus presas sin siquiera abrir la boca. Su particularidad son unos colmillos «móviles» que este reptil puede esconder dentro de sus fauces o sacarlos y colocarlos a los lados de su cabeza, lo que le permite inocular el veneno a su víctima de lado.
La Atractaspis branchi (llamada así en honor del herpetólogo sudafricano William Branch, quien falleció en febrero de 2017) es endémica de la selva de Guinea y Liberia y pertenece al género de las serpientes stiletto -quienes poseen estos extraños colmillos-, de las que hasta la fecha se conocen 21 especies diferentes.
Y no solo tiene la habilidad de sacar sus colmillos fuera de la boca, sino que también puede saltar grandes distancias, lo que la transforma en un animal realmente peligroso. Así lo pudieron comprobar los investigadores del Museo de Historia Natural de Berlín, quienes al recoger a una de estas serpientes casi sufren una mordedura que puede provocar una importante hinchazón y un gran moratón debido a su veneno citotóxico.
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Esta sustancia provoca dolor intenso, hinchazón, ampollas y, a veces, incluso daño importante en los tejidos. Sin un antídoto conocido, las víctimas pueden incluso perder sus dedos.
La A. branchi vive en los bosques y es una especie nocturna. Cuando los científicos la encontraron, intentaron atraparla de la forma habitual, por detrás de la cabeza, sin saber de su capacidad para atacar de lado. En esta posición, la serpiente intentó atacar repetidamente.
También trató de alejarse lentamente de nosotros, a la vez que se enrollaba bruscamente y se desenrollaba, a menudo saltando distancias que equivalen a casi toda su longitud corporal –de media, esta especie mide un metro de largo-, similar a las serpientes lobo del género Lycophidion», explican los autores.
El equipo de científicos, que acaba de publicar su hallazgo en la revista Zoosystematics and Evolution, consiguió capturar otros dos ejemplares entre las plantaciones de café y banano en el sureste de Guinea, aproximadamente a 27 kilómetros de distancia de la primera. Por ello se cree que es una especie endémica de la selva tropical entre Guinea y Liberia, una zona en peligro por la deforestación, la agricultura, la tala, la minería y el cambio climático.
No se sabe cuán de amenazada está la A. branchi, ya que solo se conocen estos tres ejemplares. Se necesitan más estudios para resolver el rango de las nuevas especies de serpientes y para recopilar más información sobre sus necesidades ecológicas y propiedades biológicas, escriben los investigadores.