Portugal se encuentra en estado de «alerta energética», según ha declarado el Gobierno de António Costa de manera oficial.
El caos está servido y el abastecimiento de combustibles se aproxima al colapso a causa de la huelga de transportistas de sustancias peligrosas, que tiene visos de continuar esta Semana Santa.
Las autoridades y los sindicatos mantuvieron una reunión en la mañana de este miércoles 17 de abril, pero no se solucionó nada y las posturas se muestran cada vez más enconadas. La ruptura de las negociaciones es total y los portugueses padecen ya las consecuencias de norte a sur.
Se ha desatado el pánico y al menos 1500 puntos de recarga de combustible se han quedado a cero. El panorama se completa con el transporte público a punto de bloquearse, mientras el Ejecutivo solo garantiza el suministro de aquí al domingo en Lisboa y Oporto, no en el resto del territorio luso.
Son inmensas las filas de consumidores en espera y circulan por las redes sociales listas para encontrar puestos abiertos y con (escasas) existencias. Al mismo tiempo, el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, no ha dudado en salir a la palestra para instar al Gobierno a realizar un esfuerzo con el fin de zanjar el caos. «Está en juego el interés público», dice antes de advertir: «No basta con habilitar servicios mínimos, hay que hacer más». Rebelo de Sousa recuerda que la ley no solo permite la distribución de combustible a través de los servicios mínimos, también la distribución de energía eléctrica.
Caos en Portugal: colas kilométricas y precios disparados tras agotarse el combustible en la mitad de las gasolineras https://t.co/0Dj0JH3dfe pic.twitter.com/BYZ176tAKd
— EL MUNDO (@elmundoes) April 17, 2019
Militares, bomberos y agentes de protección civil están siendo movilizados en previsión de que sea necesaria su intervención, incluso para escoltar a los camiones llamados a cubrir las necesidades básicas. Unas circunstancias que no agradan demasiado a los huelguistas. No acabó aquí el tirón de orejas del presidente al Gobierno, pues explicó que «resulta incomprensible» que ignorase el aviso de huelgapresentado por los transportistas el pasado 1 de abril.
Así que los socialistas ya sabían que se podía avecinar un auténtico caos, pero no han hecho nada para ponerle freno, ni siquiera con el turismo de Semana Santa a punto del desplome. En efecto, las cancelaciones de reservas comienzan a hacer mella en el Algarve y lo peor puede llegar en las próximas horas. Por su parte, los taxistas piden una solución urgente porque, de lo contrario, va a llegar un momento en que sus vehículos no puedan circular.