La guatemalteca Victorina Sanán migró en 1999 a EE.UU., a donde llegó después de atravesar una odisea por México, cómo la que viven todos los migrantes que deciden viajar desde Centroamérica.
El año pasado cobró notoriedad por entablar una demanda en contra de una compañía de Donald Trump por los maltratos que recibió en los últimos años que trabajó para él siendo indocumentada.
El medio de comunicación Univisión visitó la aldea desde donde migró la guatemalteca, en Santo Domingo, Suchitepéquez, y donde fueron recibidos por la hermana de Victorina, Clara Sanán, quien contó que desde pequeña la crió como a su hija, incluso la amamantó.
En El Silencio, como en la mayoría de las aldeas de Guatemala, se vive en pobreza, pero de acuerdo con la nota de Univisión eso no es pretexto para que en el hogar de Clara todo esté ordenado; de hecho, asegura que desde pequeña Victorina aprendió a barrer y todos los oficios que en su vida adulta le servirían para trabajar en hoteles de EE.UU. y otras compañías, entre estas el Trump National Club, en Bedminster, Nueva Jersey.
Clara asegura que su hermana aprendió de todo menos ser tratada con desprecio. Y su versión coincide con la forma como Victorina decidió retirarse de la compañía de Trump el año pasado.
Cansada por los abusos que asegura sufría por parte de una de las jefas, un día que esta le llamó “estúpida” Victorina le contestó: “¿Sabes una cosa? Estúpida y burra soy ¿sabes por qué? Porque todavía estoy aguantando tus humillaciones… Nadie se va a dejar pisotear como ustedes lo están haciendo conmigo” y se fue, cita Univisión.
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Después de ese episodio que ocurrió en diciembre del 2018, Victorina se convirtió en el rostro visible de un grupo de cerca de 40 trabajadores que afirmaron trabajaron para Trump pese a no contar con documentos y fueron víctimas de abusos y maltratos, y de ganar menos que los empleados con un estatus legal.
La migrante guatemalteca asegura que el ahora presidente de EE. UU. estaba complacido con su trabajo y que durante cinco años lo hizo sin ningún problema. Limpiaba las casas de descanso tanto de Trump como de su hija Ivanka. El mandatario vivía obsesionado con la limpieza, asegura.
Pero todo cambió cuando el magnate estadounidense decidió lanzar su candidatura para la presidencia de EE. UU.
Un día, como lo hacía siempre, Victoria llegó a su lugar de trabajo y el Servicio Secreto le impidió el paso, la seguían a donde ella fuera y la jefa, que Univisión identifica como Agnieszka Kluska, una migrante polaca que presumía de haber sido policía en su país, comenzó a tratarla mal.
Historia de sufrimiento
Victorina y su hermana, Clara, a quién considera su madre es de una familia de ocho hijos, informa Univisión. Los padres se separaron y Victorina fue la única que se fue con la mamá. Posteriormente, Clara y un hermano que ya falleció se percataron de que ella no era bien tratada y se la llevaron a vivir con ellos.
Fue así como Clara decidió hacerse cargo de ella a quien crió y educó como una hija hasta 1999 cuando Victorina decidió migrar hacia EE.UU., cansada de la pobreza de su natal Santo Domingo. Pero no se fue sola, se fue con la enseñanza de ganarse la vida con el sudor de su frente y el carácter fuerte que desde niña le enseñó su hermana.