SAUSALITO, California, EE.UU. (AP) — Expertos en mamíferos marinos expresaron su preocupación por la muerte de una ballena gris cuyo cuerpo fue arrastrado por la corriente el lunes hasta una playa de San Francisco.
El cadáver de la ballena localizado en Ocean Beach es el noveno que se descubre en el área de la bahía de San Francisco desde marzo pasado.
El Centro de Mamíferos Marinos planea realizar una necropsia para determinar la causa de muerte del animal.
De acuerdo al centro, cuatro ejemplares murieron por desnutrición y otros tres por golpes de embarcaciones. Aún no se determina la causa de muerte del octavo cetáceo.
Los biólogos han observado a ballenas grises en mal estado durante su migración anual desde México hacia Alaska, señaló el centro. Sospechan que los cetáceos han tenido problemas para encontrar alimento suficiente debido a que las condiciones más cálidas del océano provocan cambios en su suministro de comida, que puede variar de krill y pequeños crustáceos a peces de menor tamaño.
Tres especies de ballenas están "en peligro"
Tres especies de ballenas, entre ellas dos de las más grandes del mundo, están amenazadas en Canadá, según un informe de una agencia del gobierno federal publicado el lunes.
Las ballenas Sei, las ballenas de aleta y los zifios de Sowerby se consideran ahora "en peligro en aguas canadienses", según el Comité sobre la Situación de las Especies en Peligro en Canadá (Cosepaq).
Estas tres especies de cetáceos "están amenazadas por la actividad humana" porque "se enredan con los instrumentos de pesca y son embestidas y matadas por un número cada vez mayor de grandes embarcaciones", según un comunicado del organismo.
Además, "el ruido causado por los barcos, los ejercicios navales y las actividades de prospección sísmica actuales comprometen su comunicación y su supervivencia".
La ballena Sei está considerada en peligro de extinción, y la situación de las poblaciones de ballenas de aleta y de zifios de Sowerby es "preocupante", según la clasificación de la organización.
En febrero, el gobierno canadiense anunció una serie de medidas para aumentar la protección de la ballena franca, en vías de extinción, entre ellas las restricciones en zonas de pesca y la limitación de la velocidad máxima para las embarcaciones más grandes en ciertas áreas del país, como el golfo de San Lorenzo.
En pocos meses, en el verano boreal de 2017, se encontraron 12 ballenas francas muertas en el golfo de San Lorenzo, que albergaba cerca de una cuarta parte de los últimos 458 representantes de estos cetáceos, entre "los más amenazados del mundo", de acuerdo con un informe de la Red Canadiense de Salud de la Fauna publicado en octubre de 2017.
También se hallaron esqueletos a lo largo de la costa de Nueva Inglaterra, en el noreste de Estados Unidos.
"Las especies no reparan en las fronteras. Toda la comunidad mundial debe trabajar junta para contrarrestar las amenazas. Ningún país por sí solo puede salvar a estas especies", dijo el presidente de Cosepaq, John Reynolds, en un comunicado.
El anuncio coincide con la publicación de un informe del grupo de expertos de la ONU sobre biodiversidad (IPBES), que advierte sobre un millón de especies en peligro de extinción, una disminución de la biodiversidad que continuará a menos que haya "un cambio profundo" en los patrones de producción y consumo humanos.