Sri Lanka impuso un toque de queda a nivel nacional y bloqueó temporalmente las redes sociales, además arrestó a más de 23 personas vinculadas a una serie de ataques contra casas y tiendas de propiedad musulmana, que dejó una personas muerta.
Sri Lanka impuso la medida por segunda noche consecutiva después de una ola de violencia anti-musulmana a raíz de los atentados del Domingo de Pascua, que dejaron más de 250 personas muertas y decenas de heridos.
Un musulmán fue asesinado a puñaladas mientras los manifestantes incendiaron tiendas de propiedad musulmana y destrozaron mezquitas durante los ataques del lunes en la noche.
Te puede interesar: EE.UU: Monsanto deberá pagar 2 mdd a pareja que contrajo cáncer
El oficial de 45 años murió por las lesiones sufridas cuando una multitud irrumpió en su taller de carpintería en el distrito de Puttalam en la Provincia del Noroeste (NWP, por sus siglas en inglés) y lo atacó, dijeron fuentes oficiales.
En otro lugar de la provincia, multitudes incendiaron decenas de tiendas de propiedad musulmana, destrozaron casas y mezquitas en un día de disturbios.
El toque de queda entrará en vigencia a las 21H00 horas locales (15H30 GMT) del martes.
Los ataques del 21 de abril , reclamados por el militante Estado Islámico, atacaron iglesias y hoteles, principalmente en Colombo, matando a más de 250 personas y alimentando los temores de una reacción violenta contra los minoristas musulmanes de la isla.
La policía señaló que arrestaron a 23 personas de toda la isla por incitar a la violencia contra los musulmanes, que representan menos del 10 por ciento de los 22 millones de personas de Sri Lanka que son predominantemente budistas.
El portavoz de la policía, Ruwan Gunasekera, dijo que la situación está bajo control y que no se habían reportado nuevos incidentes este martes.
El partido Alianza Tamil Nacional, representante de esa minoría que habita el norte de la isla, mostró su preocupación por los incidentes y destacó que algunos ataques tuvieron lugar durante el toque de queda, lo que evidencia la falta de medidas "efectivas" por parte de las fuerzas de seguridad.
Esta escalada de tensión se produce menos de un mes después de la matanza del Domingo de Resurrección, cuando una serie de atentados contra iglesias y hoteles de lujo, reivindicados por el grupo autodenominado Estado Islámico (Daesh en árabe).