Sentada a orillas de su cama, la simpática mujer de tez blanca, ojos azules y pelo blanco dedica su tiempo a elaborar manualidades, las que comercializa para contribuir en la economía de su hogar. La artritis que la dejó en silla de ruedas no es una limitante para sentirse útil y llena de fortaleza.
Doña Rosa Castillo Ramírez, habitante del barrio Sandino en la ciudad de Ocotal, con una sonrisa permanente en su rostro recuerda con mucho orgullo que desde muy pequeña le gustó trabajar en el campo, halando bueyes, ordeñando vacas, sembraba maíz y frijoles, “yo hacía de todo, aprendí a elaborar pan y desde hace seis años con mi discapacidad me he dedicado a elaborar manualidades”, detalló.
Doña Rosa procreó cuatro hijos varones con su primer matrimonio, los que logró sacar adelante con su esfuerzo luego de la muerte de su marido. “Arando la tierra, criando gallinas y cerdos, vendiendo nacatamales y cajetas, lo que fuera un trabajo honrado para hacer de ellos gente de bien, hombres trabajadores”, subrayó satisfecha.
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Doña Rosa es un jardín de conocimientos, por su mentalidad de siempre estar dispuesta a aprender y emprender para la vida, a través del Gobierno logró una beca para aprender el oficio de corte y confección, elaboración de proyectos innovadores y hasta de la medicina natural.
Apoyo del gobierno ha sido clave
Gracias al apoyo que recibe de parte del Gobierno a través del emblemático Programa Usura Cero, trabaja con financiamiento junto a un grupo de mujeres socias, lo que le ha permitido mejorar sus ingresos económicos con su emprendimiento local. “Los préstamos son buenos y aunque estoy limitada físicamente me han sido de gran ayuda y nunca he quedado mal con los pagos, que llevo hasta adelantado”, aseveró.
“Con las ganancias de los proyectos de Usura Cero he logrado construir una casita de madera. Sigo invirtiendo, en zinc y otros materiales de construcción para seguir ampliando mi casita”, dijo satisfecha, mientras seguía elaborando manualidades para cumplir con sus encargos. “A veces me falta tiempo para cumplir con la demanda de piñatas, principalmente porque les doy precios favorables a mis clientes”, afirma.
Doña Rosa recordó que la mujer en los tiempos antiguos no tenía las oportunidades que hoy brinda el Gobierno sandinista. “Antes no podíamos votar, ni opinar, muchos trabajos no era más que en los quehaceres del hogar, éramos mujeres esclavizadas, solamente como amas de casa, sin libertad de podernos capacitar, aprender para salir adelante”, lamentó.
En ocasión del mes de las madres nicaragüenses la ocotaleana dijo que ser madre es un orgullo y un compromiso, asimismo alentó a las mujeres segovianas: “Seamos agradecidas con Dios y después con el Gobierno del presidente Daniel Ortega que nos ha restituido nuestros derechos, con todos los proyectos para que las mujeres podamos salir adelante”, concluyó.
