Este fin de semana no hubo sorpresas en el Madison Square Garden. La mano izquierda de Gennady Golovkin se aseguró de eso.
El regreso de Golovkin al cuadrilátero fue breve y contundente, al noquear el sábado a Steve Rolls a falta de 51 segundos del cuarto asalto en su pelea de peso supermediano.
No había títulos en disputa, y Triple G se aseguró de que tampoco hubiera sorpresas como el increíble triunfo de Andy Ruiz Jr. sobre Anthony Joshua por los cuatro cetros de peso completo el fin de semana pasado en este mismo escenario. Golovkin lució lento y tentativo, quizá fuera de ritmo después de no pelear desde septiembre. Eso fue hasta que comenzó a conectar con regularidad en el cuarto round.
Una implacable zurda derribó a Rolls, quien tuvo problemas para ponerse de pie y, evidentemente, no estaba en condiciones de continuar con el combate. Golovkin (39-1-1, 37 KOs) había puesto a Rolls en problemas instantes antes gracias a una serie de sólidas combinaciones que hicieron recordar los mejores momentos de Triple G.
“Amo los nocauts”, dijo Golovkin. “Y amo a Nueva York”.
“Fue una gran noche en todo sentido. Estoy listo para volver en septiembre y volver a traer el espectáculo y el drama”.
Eso, desde luego, podría ser un tercer combate con el mexicano Saúl “Canelo” Álvarez, dueño de la derrota y el empate en el récord de Golovkin. Ambos púgiles están bajo contrato con DAZN, que transmitió por internet el pleito del sábado, el primero para Golovkin sin un campeonato en disputa desde 2009, un lapso de 22 peleas.
Cuando se le preguntó a quién quería enfrentarse, el kazajo sonrió y los 12.357 asistentes le respondieron con una ovación.
“Sabemos contra quién quieren verme los aficionados”, declaró.
Rolls, un canadiense en su primera pelea en el Garden — Golvkin, en cambio, tiene foja de 6-0 en este escenario — sufrió su primera derrota después de 19 triunfos. Lució en el segundo asalto, en el que se mostró como el púgil más activo y preciso. Sin embargo, dos de los jueces terminaron dándole el round al kazajo.
No importó. Golovkin encontró su distancia con ambas manos en el tercer asalto, y en el cuarto lució como el Triple G de siempre.
Así que no hubo sorpresas históricas en un escenario repleto de ellas. A diferencia de Joshua, que parecía estar pensando en su próxima pelea después de Ruiz y salió derrotado la semana pasada, Golovkin se concentró únicamente en Rolls, quien a sus 35 años es apenas dos años más joven que Golovkin y tuvo que subir de categoría para este pleito.
Ahora, tal vez el kazajo pueda pensar en Álvarez-Golovkin III, que es quizá la pelea más lucrativa en el boxeo en este momento.
Golovkin llegó con 163 libras en su primer combate bajo el mando del entrenador Johnathan Banks, quien quedó satisfecho con lo que vio, en especial en el cuarto round.
“Siempre es bueno conseguir un nocaut”, dijo Banks. “Vamos en la dirección correcta”.