En la recta final de la lucha contra la dictadura somocista, más de 120 mártires ofrendaron su vida para la construcción de una mejor Nicaragua, masacrados por la genocida Guardia Nacional, mientras se replegaban hacia la zona de San Judas, en Managua.
"Hace 40 años un grupo de jóvenes llenos de efervescencia, llenos de amor, pasaron por Batahola, donde cayeron cruelmente asesinados por la dictadura más sangrienta que ha parido Latinoamérica", dijo este viernes el sobreviviente de esa masacre, Benjamín Medina.
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Muchas madres de esos heroicos jóvenes estuvieron presentes en este acto, reconociendo que el sacrificio de sus hijos no fue en vano.
"Le pido a Dios que se sientan esas madres orgullosas de haber tenido un hijo que defendió la patria para estar libres en esta tierra", expresó la madre Yolanda Reyes, quien destacó que gracias a ese sacrificio hoy los más pobres gozan de escuelas, hospitales y viviendas.
"Los que estamos vivos tenemos la obligación de no defraudar a los compañeros que ofrendaron su vida por un futuro mejor para nuestro país. Estamos obligados a defender cada victoria y cada espacio construido por la revolución", comentó el secretario político del Distrito II, Alonso García.
El principal reto ahora es luchar por mantener la paz para seguir llevando restitución de derechos a todos los sectores de la población.
"Estamos comprometidos en honrar y dignificar nuestros trabajos, honrando la memoria de nuestros héroes y heroínas. Recientemente aprobamos la Ley de Amnistía que refleja el amor y compromiso en la búsqueda de la paz, la cual es el pilar de la revolución", puntualizó la diputada Maritza Espinales, primera vicepresidenta de la Asamblea Nacional.
Tras el acto se colocaron ofrendas florales en el monumento en homenaje a los héroes y martires de Batahola, ubicado en el complejo de la Asamblea Nacional.
