Pedro Martínez no tiene la menor duda: Las pelotas de hoy favorecen a los toleteros y son la principal razón por la que hay tantos jonrones.
Mientras firmaba un autógrafo en una pelota, el dominicano tomó la bola por las costuras e hizo notar que sus dedos no deberían tocar el cuero. Dijo que las bolas están mucho más estiradas que cuando pitcheó por última vez, en el 2009, y que por eso salen disparadas más lejos.
“He visto un montón de jonrones que no debieron ser jonrones”, afirmó Martínez.
Escribió como pudo su nombre, el año en que fue elevado al Salón de la Fama (2015) y su número de uniforme (45) entre las costuras y dijo que el reducido espacio que tenía era prueba de que las pelotas están arregladas.
“Para todo aquél que tenga dudas, mire qué pequeña debe ser mi firma”, agregó. “Si quisiera tirar una bola de dos costuras, no tengo forma de colocar mis dedos sin tocar las costuras”.
Martínez se unió así al coro de lanzadores activos y retirados que creen que el béisbol es hoy un festival de jonrones gracias a las pelotas que se usan.
Hasta el lunes se habían pegado 4.635 jonrones y es muy común que un jugador se vuele la cerca más de una vez en un partido. Nolan Arenado, de Colorado, y Donovan Solano, de San Francisco, lo hicieron el domingo. Fue el 21er día seguido en que al menos un pelotero pega dos jonrones.
Martínez vio como tres peloteros de los Medias Blancas la sacaban del parque contra Filadelfia el día en que los campeones de la Liga Nacional del 2009 eran homenajeados. El dominicano se incorporó avanzada la temporada a los Filis en el 2009 y tuvo marca de 5-1 en la recta fina. Los Filis jugaron su segunda serie mundial seguida y perdieron con los Yanquis en seis juegos. Martínez tuvo marca de 0-2 con efectividad de 6.30 en esa serie. Pero asegura que estuvo enfermo en el sexto juego.
Dice que lo que tuvo fue algo más que un ataque de asma y que muchos jugadores de los Filis tenían síntomas de gripe porcina.
Ese año hubo un brote de gripe porcina en Estados Unidos. El mal generalmente no afecta a los humanos, pero se informó de varias infecciones en humanos.
“No se dijo nada, pero la mayoría estábamos enfermos”, relató Martínez, quien tuvo marca de 219-100 con efectividad de 2,93 a lo largo de una carreta de 18 años.
Martínez ponchó a 3.154 rivales y dio 760 caminatas en 2.827 entradas con los Dodgers, los Expos, Boston, los Mets y los Filis. Dos veces ganó 20 juegos en una temporada y dos veces ponchó a más de 300 bateadores. Dos veces tuvo una efectividad por debajo de 2.00. Estuvo en ocho Juegos de Estrellas y cinco veces tuvo la mejor efectividad de las mayores.
Ganador tres veces del premio Cy Young y as del cuerpo de abridores que le dio a Boston la serie mundial del 2004, Martínez dijo una vez algo que se sigue escuchando. “Me saco el sombrero y digo que los Yanquis nos tienen de hijos”.
Esa frase retumbó de nuevo el domingo cuando los Yanquis apalearon a David Price para apuntarse una victoria 7-4 y propinar a los Medias Rojas, el último campeón de la liga, su octavo revés seguido. “¿Quién es tu papá?”, le gritaba el público a Price.
Martínez, quien tiene 47 años, no volvió a lanzar después del 2009, aunque dice que el gerente general de los Filis Rubén Amaro Jr. le había asegurado que lo retendrían otra temporada.
“Cometí el error de decirle que no a todo el mundo para esperar que (los Filis) me llamaran, y no me llamaron”, declaró Martínez. “Tenía tres equipos en mente con los que quería jugar. De lo contrario no hubiera seguido. Los Filis eran el número uno”.