La Encuesta Libre, elaborada por la empresa ProDatos, confirmó lo que han manifestado múltiples voces de la sociedad civil guatemalteca, que existe un rechazo al acuerdo migratorio firmado entre EE. UU. y Guatemala el pasado 26 de julio y que establece que los migrantes hondureños y salvadoreños que huyen de la violencia serían recibidos en el país y se les daría refugio.
El 82 por ciento de los encuestados, ocho de cada 10, respondió no estar de acuerdo con que el gobierno acepte recibir migrantes de otros países para que esperen autorización para ingresar a EE. UU., lo que muestra un amplio rechazo al acuerdo signado entre el ministro de Gobernación de Guatemala, Enrique Degenhart, y el secretario Nacional de Seguridad de aquel país, Kevin McAleenan, en la Casa Blanca.
Desde que se firmó el acuerdo, un abanico de sectores tanto en Guatemala como en EE. UU. se han pronunciado en contra de este que, según resolvió la Corte de Constitucionalidad, debe ser conocido y avalado por el Congreso de la República.
En aquel país, la voz más reciente que se pronunció en contra fue el Instituto de Políticas de Migración que fue tajante al señalar que un acuerdo de tercer país seguro como el firmado “a la fuerza” entre EE. UU. y Guatemala está destinado al fracaso.
Aunque el gobierno de Jimmy Morales se niega a reconocer que el acuerdo como de tercer país seguro, funcionarios estadounidenses, y el mismo presidente Donald Trump, lo han llamado de esa manera, puesto que, en la práctica, los hondureños y salvadoreños que piensen pedir asilo en EE. UU. porque sufre persecución deberán hacerlo en Guatemala.
Dentro de los factores por los cuales los críticos se oponen a este convenio están que Guatemala no recibió mayor beneficio de la negociación.
Firma de un acuerdo
Aunque el gobierno cita como logro la firma de un acuerdo que otorgaría más visas de trabajo en el sector agrícola, quienes se oponen aseguran que este programa ya existía y demandan una cifra concreta de cuántos guatemaltecos se beneficiarían puesto que el convenio no lo especifica.
Las críticas también van en el sentido de que se ha divulgado poca información y hoy en día no hay certeza de quien financiaría el acuerdo, también se señala que Guatemala no tiene las condiciones para ofrecer seguridad a quienes huyen de la violencia en sus países de origen, tampoco cuenta con una economía lo suficientemente robusta para ofrecer empleo y bienestar a migrantes de otros países.
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De hecho, tanto Guatemala como El Salvador y Honduras comparten indicadores económicos y de seguridad muy similares, y algunos como los relacionados a pobreza y pobreza extrema, incluso, son mejores en los vecinos del sur.
Recientemente, la Pastoral de Movilidad Humana de la Iglesia Católica emitió un comunicado en el cual externó su preocupación por la firma del acuerdo, así como el “repudio” por la opacidad en que fue negociado y suscrito.
Además, calificó la actitud de los funcionarios guatemaltecos involucrados en la firma del convenio de “servil” y “complaciente”, sobre todo porque, a juicio de la Pastoral, no han actuado con contundencia cuando se trata de deportaciones masivas, separación familiar y muerte de menores de edad que estaban en custodia de EE. UU.
Preocupan sentimientos antimigrantes
El sacerdote Juan Luis Carbajal, secretario ejecutivo de la Pastoral, confía en que el resultado de la encuesta sea porque la gente desconoce qué significa un tercer país seguro y no obedezca al nacimiento de sentimientos de rechazo en contra de los migrantes.
Carbajal añadió que el desconocimiento del acuerdo y el secretismo con el que se negoció pudo contribuir a que los guatemaltecos rechacen la posibilidad de que el país reciba a migrantes hondureños y salvadoreños, y precisó que los ciudadanos lo rechazan porque saben que no existen las condiciones para atender a los propios connacionales ni la voluntad política de resolver los casos de asilo que actualmente tiene pendiente el Instituto Nacional de Migración.
“Nos preocupa que haya conductas negativas -contra los migrantes- si no vamos a replicar las mismas actitudes de algunos estadounidenses y mexicanos contra los centroamericanos, que vayamos a repicar esos sentimientos de xenofobia”, subrayó el sacerdote.
Danilo Rivera, analista del Instituto Centroamericano de Estudios Sociales y Desarrollo, coincidió en que el rechazo obedece al poco conocimiento que hay sobre el acuerdo y porque se piensa que serán los miles de migrantes que atravesaron el país en caravanas los que se instalarían en Guatemala.
De esa cuenta, el experto explica que si los guatemaltecos están conscientes de que no hay condiciones de desarrollo y vida suficientes para ellos mismos adoptan una postura defensiva ante una posibilidad de que le quiten lo poco que tienen.
“El pueblo guatemalteco es solidario; pero, de apoyar las caravanas para que sigan su camino a Estados Unidos a construir la idea de que ellos se van a quedar en Guatemala, hay una gran diferencia”, considera Rivera, quien cree que el guatemalteco sopesa cómo llega a pensar en sus condiciones a futuro.
Integrantes de organizaciones de la sociedad civil manifiestan frente a Casa Presidencial, para mostrar su rechazo por la firma del acuerdo con el Gobierno de EE.UU. de América para que Guatemala sea un Tercer País Seguro.
Vía: Julio Morales. pic.twitter.com/tRArgnxjqE
— Radio Punto (@RadioPuntoGT) July 27, 2019