Un museo en Nueva Zelanda decidió darle un nuevo hogar a una escultura que ya antes había generado polémica en ese país.
Se trata de una mano gigante con rostro. El museo City Gallery de Wellington contó que la obra es de Ronnie van Hout, quien nació en Christchurch, pero ahora vive en Melbourne, Australia.
La galería explica que el arte de van Hout “explora el monstruo, el extraño, el rechazado. Su escultura pública Quasi es un autorretrato parcial. La gigantesca cara híbrida se basa en escaneos de las propias partes del cuerpo del artista. Es como si ‘la mano del artista’ hubiera desarrollado una monstruosa vida propia”.
@CateSpice @SeaGoatScreams Wellington, why? pic.twitter.com/6RQvGEE0oQ
— Melissa Rose (@Melzyrose90) August 19, 2019
Pero apenas se supo que estaba siendo expuesta en la azotea del museo la gente empezó a buscarle comparaciones al rostro. Desde que presuntamente se parece el fundador de Tesla, Elon Musk, pasando por el expresidente estadounidense Bill Clinton, el exprimer ministro británico Winston Churchill y hasta Donald Trump. A otros les recordó la mano de la Familia Adams.
El museo detalla que Quasi fue creado en 2016 para adornar el techo de la galería de arte de Christchurch después del terremoto de 2011. Pero tras pasar años en ese recinto se decidió llevarla a que observe desde lo alto la Civic Square, una zona en gran parte abandonada a raíz de otro terremoto de 2016.
La institución además contó que la escultura “también es un guiño a Quasimodo, el campanero deformado en la novela de 1831 de Victor Hugo, El jorobado de Notre-Dame. Deforme e incomprendido, fue odiado por la gente pero finalmente los salvó. A pesar de su fealdad, resultó ser un gran héroe trágico-romántico, un alma hermosa”.
Seen in Civic square Wellington. Does anyone know what the heck this is? pic.twitter.com/tnYiQs5C5U
— Dan (@dancrawfo) August 19, 2019
Te puede interesar: Revelan el secreto que guarda el barril de El Chavo del 8
Por ello el museo dice que recientemente la escultura estuvo a la altura de su nombre. Cuentan que el crítico de arte de Christchurch, Warren Feeney, lo odiaba y solicitó desterrarlo de su buena ciudad, escribiendo su artículo periodístico “Diez razones por las cuales Quasi debe irse” de Christchurch Art Gallery.
“Pero tal vez el monstruo solo quiere ser amado (a juzgar por su nombre acortado que invita a quererlo). ¿Encontrará un hogar en la capital? ¿Adoptaremos el monstruo al que Feeney no tenía corazón para aceptarlo? ¿Puede Wellington ver más allá de las apariencias?”, se lee en la descripción de la exhibición.
En un comunicado se explica subierlo hasta el techo se trata de un proyecto conjunto con Wellington Sculpture Trust, y con el apoyo del Ayuntamiento de Wellington, Wellington Community Trust y Richard Burrell. Quasi adornará el techo de la Galería por hasta tres años.
Reminds me of that classic phrase "Talk to the hand because the face is also on the hand." pic.twitter.com/n7iRlajESk
— Tim Barnes (@TimBarnes451) August 19, 2019