El impacto económico de la pandemia de coronavirus golpeó fuertemente a Perú: el aumento de la pobreza provocó el crecimiento del número de personas sin hogar que no tienen otra opción que ocupar terrenos y vivir en campamentos improvisados.
Así, miles de personas que se quedaron sin casa durante la crisis sanitaria se vieron obligadas a crear un asentamiento temporal en Villa El Salvador, en las afueras de Lima, a unos metros del Pacífico, que ya cuenta con más de 9.000 desposeídos.
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Las autoridades les instaron a marcharse pacíficamente, pero muchos no tienen otra alternativa. «Ya tenemos nuestras casitas de esteras, y hasta de triplay», afirmó a AP la recicladora Claudia Pauccar, habitante del campamento improvisado. «Nosotros no somos invasores, nosotros no somos traficantes, nosotros no somos ni delincuentes, no somos ni pandilleras. Nosotras somos unas madres que realmente necesitamos, hay madres solteras, hay viudas», subrayó.
Fallecidos
Por su parte, Javier Diaz-Albertini, profesor e investigador de la Universidad de Lima, Perú, detalló que el país latinoamericano «nunca ha tenido una política de vivienda popular». «Acá el sistema siempre ha sido –desde la década de 1940 que se inicia en Lima– el tomar terrenos», explicó.
Perú es uno de los países latinoamericanos más afectados por la pandemia. Hasta este sábado, el Ministerio de Salud ha detectado más de 1,7 millones de casos de COVID-19. Más de 59.000 personas han fallecido a causa de la enfermedad. Hay que recordar que el país tiene unos 30 millones de habitantes.