Prensa Latina. La noticia de la expulsión de tres sacerdotes de la Iglesia católica panameña por "conductas inapropiadas y escandalosas" impactó fuertemente hoy en los feligreses del país, donde esa comunidad religiosa es mayoritaria.
"La Arquidiócesis de Panamá se siente profundamente herida y avergonzada, al recibir informaciones sobre las conductas inapropiadas y escandalosas de los sacerdotes Rogelio Topin, Orlando Rivera y Karl Madrid, lo que ha motivado la decisión de separarlos de sus funciones y deberes como presbíteros, desde el pasado 6 de septiembre de 2019", informó un comunicado.
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El texto, publicado ayer, no definió las pruebas presentadas contra los curas, ni la vía de acceso a estas y dijo desconocer de alguna denuncia penal contra los implicados, por lo que entre las causas de la expulsión está "reparar el escándalo".
La sanción se informó la víspera coincidiendo con una denuncia difundida por el canal de Youtube Claramente (CM), encabezado por el periodista istmeño Mauricio Valenzuela, quien en un reporte audiovisual mostró el testimonio de un joven inmigrante venezolano que laboraba en la Iglesia Don Bosco, ubicada en la barriada capitalina de Calidonia.
Según el video, el sacerdote Topin le pagó dinero a cambio de favores homosexuales y el testimoniante grabó uno de esos encuentros, que entregó a CM, el cual recibió más pruebas de otras fuentes con mensajes de texto donde involucran a varios sacerdotes en lo que aparenta ser una red de prostitución homosexual.
La primera reacción a tales acusaciones y la decisión de la Arquidiócesis provino de la Comunidad Salesiana Basílica de Don Bosco, la cual "rechazó" el uso de la imagen exterior de su iglesia en el video de denuncia y posteriormente dijo que lamenta profundamente los "aparentes hechos".
A pesar de ponerlos en duda, los consideró "una dolorosa herida a nuestra amada Iglesia", al tiempo que la congregación tomó distancia al afirmar que ninguno de los párrocos mencionados pertenece ni han trabajado en ese templo, donde siguen "un estricto código de ética".
Las redes sociales estallaron con mensajes de fuerte censura a los involucrados, en su mayoría, sin victimizar a ninguna de las partes, mientras que aisladas voces intentaron proteger la integridad de la Iglesia tras calificar de excepciones a los curas citados.
En su reporte, Valenzuela concluyó que la institución habitualmente se coloca en contra de proyectos de leyes sobre educación sexual, además de considerar como "aberración a personas con una orientación sexual distinta" y habla de una moralidad que 'no practican ellos', afirmó sobre la base de la denuncia publicada.
Como antecedente a estos hechos, el sacerdote David Cosca se vio involucrado en un caso de asesinato ocurrido en un hotel de la localidad en circunstancias que no fueron esclarecidas públicamente, pero al parecer tomó contacto en el lugar con la víctima, su victimario y otras personas, por lo cual fue imputado como cómplice.