La ciudad de Nueva York (EE.UU.) ha actualizado sus pautas legales sobre el comportamiento que viola la prohibición de discriminación basada en el origen nacional o el estatus migratorio de una persona.
Entre otras cosas, las autoridades locales han estipulado que "el uso de los términos 'extranjero ilegal' e 'ilegales', con la intención de degradar, humillar u ofender a una persona o personas en el lugar de trabajo, equivale a una discriminación ilícita".
Los infractores pueden recibir una multa de hasta 250.000 dólares por cada violación si discriminan a alguien en el lugar laboral, establecimientos comerciales u otras instalaciones públicas.
La Comisión de Derechos Humanos, que pubicó las reglas actualizadas la semana pasada, señaló que 3,2 millones de residentesde Nueva York nacieron fuera de EE.UU., lo que representa el 37% de la población de la ciudad.
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"Nos enorgullece inmensamente la diversidad de nuestra ciudad y las comunidades de inmigrantes que llaman hogar a la ciudad de Nueva York", afirmó el vicealcalde Phil Thompson en un comunicado. "Esta nueva guía de aplicación de la ley ayudará a garantizar que ningún neoyorquino sea discriminado en función de su estado migratorio o su origen nacional".
Uso de otro idioma y amenaza de llamar a las autoridades
Las reglas actualizadas también establecen que el acoso o la discriminación contra alguien por el uso de otro idioma o su dominio limitado del inglés, o la amenaza de llamar al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) de EE.UU. para denunciar a una persona por motivos discriminatorios, se consideran violaciones de la ley.
La comisión proporcionó algunos ejemplos específicos de cómo se aplicarían las directrices. Por ejemplo, las violaciones pueden incluir:
Acosar a un cliente de un restaurante por su acento; negarse a hacer reparaciones en un departamento ocupado por una familia inmigrante y amenazar con llamar a ICE si se quejan; pagar un salario más bajo o retener salarios a los trabajadores debido a su estatus migratorio; acosar a un cliente en un comercio diciéndole que deje de hablar su idioma y exigiéndole que hable inglés.