La tormenta tropical Sara dejó al menos cuatro muertos y más de 140,000 afectados tras su paso por Honduras. Las autoridades informaron que las víctimas perecieron por sumersión, entre ellas un hombre de más de 60 años y un niño de tres.
Los departamentos más golpeados por el fenómeno meteorológico fueron Choluteca, Olancho, Yoro y Colón; lo que refleja la extensión de los daños en diversas regiones del país.
Según el último informe de la Secretaría de Gestión de Riesgos y Contingencias Nacionales (Copeco), 141,685 personas han sido afectadas por la tormenta, mientras que 41,223 familias han sufrido pérdidas o daños materiales. Además, se han realizado 12,748 evacuaciones, y muchos ciudadanos han sido albergados en refugios temporales para garantizar su seguridad.
A pesar de la devastación, la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) reanudó las clases presenciales este martes en todos sus campus, excepto en el de Atlántida, que continuará con tele docencia esta semana.
La tragedia no se limita solo a Honduras
Las autoridades universitarias de Honduras, conscientes de la magnitud de los daños causados por la tormenta Sara, lanzaron una campaña de solidaridad para recolectar ayuda humanitaria destinada a las comunidades más afectadas. A través de esta iniciativa, la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) busca movilizar recursos como alimentos, ropa, productos de higiene y medicamentos; con el objetivo de aliviar las dificultades que enfrentan miles de personas.
La campaña subraya la importancia de la cooperación y el trabajo conjunto en tiempos de crisis, llamando a estudiantes, profesores y miembros de la comunidad a unirse en este esfuerzo solidario para apoyar a los más vulnerables. Además, se hace un llamado a la ciudadanía en general a participar en la recolección de donativos.
La tragedia no se limita solo a Honduras: en Costa Rica se han reportado tres muertes, y en Nicaragua se han confirmado dos, lo que eleva el saldo de víctimas en Centroamérica a nueve. La región sigue enfrentando los efectos de la tormenta, que ha dejado un rastro de destrucción y desesperación; pero también ha evidenciado la capacidad de las comunidades para unirse en apoyo mutuo.