Monimbó lucha por preservar sus costumbres y tradiciones, una de estas es la tradicional vela del candil previo a la salida de Los Agüizotes cada último viernes de octubre, costumbre que mantienen los monimboseños de generación en generación.
Allan López destacó que esta vela es una tradición. “Consiste en velar los trajes, rememorar el origen de porqué son los disfraces, por ejemplo cada uno tiene una historia; La Cegua se creó para castigar a los maridos pendencieros, La Llorona que fue por un hijo perdido por un novio que la dejó, La Mocuana los chavalitos malcriados entonces se velan los trajes como se vela un muerto, se rinde tributo a esos trajes de los personajes que nuestros ancestros les temían", afirma.
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La vela del candil no es más que un rito que consistía en que la gente se juntaba en los patios por alguna actividad como lo es el nacimiento de un bebé, pero también existía el rito de poner un altar y se ha retomado la imagen de San Jerónimo para ponerla y hacer este rito indígena, para así implorar o alabar algunos espíritus del bien para librar a la comunidad de algún mal, mencionó Alfredo Dávila.
Cabe destacar que forma parte de estas costumbres y tradiciones repartir brindis tradicionales.
"Preparamos una riquísima cabeza de chancho, chocolate, tamales, café, picos y muchos derivados más de la gastronomía que como monimboseños preparamos, todo ha sido preparado por las manos laboriosas de las monimboseñas", dijo Sonia Gutiérrez, miembro del Consejo de Ancianos de Monimbó.
Tradición viva
En Monimbó hay familias que mantienen el fervor y la tradición de velar los trajes que se utilizarán en el desfile de los agüizotes, entre estas se encuentra la familia Toribio.
Acá la población pudo observar las máscaras tradicionales y la representación de los mitos y leyendas propios de Nicaragua.
"Como tradicionalista para hacer cada día a Masaya más rica en cultura, estamos celebrando un año más de la vela de los trajes y máscaras de agüizotadas, promoviendo una alegre fiesta para los niños", mencionó Martha Toribio.
Manteniendo la idiosincrasia, la tradicionalista destacó que su familia busca cómo representar los mitos y leyendas propias del pueblo, máscaras como La Cegua, La Chancha Bruja, El Padre sin Cabeza fueron expuestas.
También la familia Toribio preparó brindis tradicionales para repartir al pueblo como el cerdo con yuca, arroz aguado de cerdo y deliciosos tamales.
Así mismo invitó a Nicaragua a sumarse a estas tradiciones, pues Masaya está en paz y tranquilidad celebrando al doctor que cura sin medicinas, San Jeronimo.
Una vez culminen las fiestas de Los Agüizotes, Masaya mantiene el título de la ciudad más bullangera y fiestera pues da inicio a los torovenados y bailes peregrinos en las calles; el Torovenado El Malinche sale a las calles el próximo 17 de noviembre.
