La partida de Pablo Martínez Téllez, conocido por todos como «El Guadalupano», conmueve a todos los nicaragüenses. Consultados, expresaron su más profundo respeto y muestras de cariño.
«Uno de los cantautores de mayor producción artística, el mundo está de luto, Nicaragua está de duelo; se nos fue el entrañable, el amigo, el hermano, el fiel revolucionario, el coherente en todos los tiempos, el amigo de bromas y el amigo serio en las cosas de la vida y del compromiso fiel a la revolución nacional«, manifestó Filiberto Rodríguez, diputado de la Asamblea Nacional.
Su convicción, devoción y lealtad al Frente Sandinista de Liberación Nacional fueron trascendentales y lograron traspasar las fronteras con sus canciones.
Ángela Espinoza Torres, vicepresidenta de la Comisión de Cultura y Deportes de la Asamblea, afirmó: «Fue un compañero que se identificó con las luchas del pueblo a través de su música, un legado que no termina; continúa y queda en el tiempo impregnado en todos nosotros los que nos identificamos con un proceso revolucionario«; manifestó Jairo Espinoza, delegado de la alcaldía del Distrito V.
Legado inmortal y cultural de El Guadalupano
El cantautor más conocido en el medio musical nicaragüense como «El Guadalupano» logró composiciones como «El Niquinohomeño», dedicada al General Sandino, pieza con la que ganó, en 1976, el festival de música testimonial.
Esto le permitió representar a Nicaragua en el IX Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes que se realizó en La Habana, Cuba, en 1978. «Le cantaba a Nicaragua y a la revolución, y una de las grandes músicas que nos contagió a todos fue ‘El Niquinohomeño’, el cual ganó en Cuba. Siempre lo vamos a recordar; queda inmortalizado con sus obras, con su identidad nacionalista y luchas del pueblo», continuó Espinoza.
«Nos sentimos tristes, pero sabemos que ese legado continúa; un compositor que con sus canciones nos enseñó ese espíritu de lucha, de confianza, dignidad, jefe en el pueblo nicaragüense, también de rebeldía ante la injusticia. Fue defensor de la paz nicaragüense y promotor de la unidad»; manifestó Ángela Espinoza Torres.
El eterno artista de la Revolución
Sin duda, para muchos fue un emblemático artista revolucionario. En sus más de 1200 canciones, exalta el orgullo y la identidad nicaragüense.
El Guadalupano nació el 7 de junio de 1946 en el barrio Guadalupe de la ciudad de León. Pedro Pablo fue el menor de doce hermanos en una familia humilde. «Crecí escuchando la música; mi papá la escuchaba, se ponía en los procesos electorales, en las campañas. Bailábamos sus músicas. Deja un vacío físico, pero pudimos ver que hasta sus últimos días cantó. Hace poco salió un video donde él le cantó al Comandante estando en cama»; comentó Marvin Sandino, del equipo de comunicación del distrito cinco.
Desde joven, trabajó en distintos oficios, incluyendo la agricultura y la carpintería, hasta encontrar en la música un medio para expresar su pasión por la justicia social. En 1974, inició su carrera en un programa radial.