El 21 de octubre, la tumba de Maria Rosália Gonçalves Mendes, quien asesinó a su hijo de seis años en Brasil; fue profanada por residentes locales que incendiaron su cuerpo en un acto de venganza colectiva.
Maria, quien falleció el 17 de octubre a causa de heridas sufridas tras el homicidio, nunca enfrentó juicio debido a su hospitalización en João Pessoa, Paraíba, Brasil.
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El asesinato, ocurrido el 20 de septiembre, dejó a la comunidad conmocionada al revelarse que el pequeño fue apuñalado y decapitado en un presunto ritual satánico. Cuando la policía llegó al lugar, encontró a Maria armada con dos cuchillos, con los cuales amenazó a los oficiales; resultando en un enfrentamiento que le causó lesiones graves.
Según informes de Brasil, tras su muerte, el cuerpo de Maria fue sepultado en una ceremonia privada para evitar altercados.
Indignación colectiva en Brasil
Sin embargo, la indignación pública fue tal que una multitud desenterró y quemó sus restos; lo que ha generado una ola de reacciones en redes sociales, con algunos celebrando el acto de profanación.
Las autoridades de Brasil, han comenzado a retirar imágenes del cuerpo quemado que circulaban en línea; mientras se inician investigaciones sobre el acto de profanación. Hasta ahora, no se han registrado detenidos por este incidente.
Este suceso resalta la profunda ira y repudio hacia Maria y sus acciones, dejando a la comunidad de João Pessoa lidiando con las repercusiones de este trágico y violento acontecimiento.
En medio de un clima de justicia por mano propia, las autoridades de Brasil reiteran su compromiso de investigar todos los aspectos del caso; incluida la profanación de la tumba.