El amor lo perdona todo, más si es el de una madre. Cherryl Cano Adaír no soportó ver a su hijo tras las rejas, por lo que decidió desistir del proceso penal que llevaba en su contra debido a que le robó en su propia casa, ubicada en Managua.
Todo comenzó cuando Bryan Aragón Cano, de 19 años, impulsado por circunstancias aún no aclaradas, decidió entrar a la casa de su madre, Cherryl Cano Adaír; y sustraer un tanque de gas marca Tropigas y un televisor marca Sankey de 42 pulgadas.
En la audiencia preliminar celebrada en los Juzgados de Managua, el Ministerio Público solicitó al juez un momento para que, motivada por el amor que le tiene a su hijo, Cherryl Cano tuviera una pequeña mediación y acabara con la tormenta que las malas acciones de su hijo habían causado.
Un profundo arrepentimiento se reflejaba en el rostro del joven Bryan Vicente Aragón cuando su madre se acercó a él para tener una charla y, en plena audiencia preliminar, lo perdonó por su mal proceder. Ese perdón fue lo que lo salvó de ir a la cárcel.
Acuerdo entre las partes por delito en Managua
Cuando el Juez del Distrito Decimotercero de Juicio solicitó conocer los acuerdos entre las partes, Cherryl Cano expresó: «Estoy de acuerdo con aceptarle el perdón a él, como mi hijo», palabras cortas, pero contundentes que reflejan este acto de amor.
De igual manera, su hijo, el acusado; pidió disculpas y prometió que no volvería a realizar estos terribles actos.
Este caso sin duda ha dejado una marca profunda en todos los involucrados, recordando que el amor de una madre y el poder del perdón son incondicionales. Pero, ¿qué cree usted? ¿Hizo bien esta madre al perdonar a su hijo, o le faltó carácter para dejar que su hijo cumpliera con el castigo?