Dantesca era la escena que se veía en la entrada al barrio Hugo Chávez, en Managua, pues el cuerpo de una persona terminó partido en dos pedazos luego de ser brutalmente arrollado por un cabezal que circulaba por esta zona de la Carretera Norte. El trágico suceso tuvo lugar la noche de este domingo; y dejó teñida la carretera de sangre y restos del cuerpo del infortunado hombre.
Alejandro Ezequiel García era el nombre del hombre, de unos 40 años; que perdió la vida tras caer a la carretera y ser destrozado por las pesadas llantas de un cabezal. Según información preliminar, el hombre se encontraba ingiriendo licor en un bar de esta zona en compañía de unos amigos; con los que se reunió después de salir de su trabajo a eso de las cinco de la tarde.
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Una de las cámaras de seguridad grabó cómo se desencadenó la tragedia cuando García, en completo estado de ebriedad; salía del lugar en el que estaba. Su estado etílico era tal que un compañero de tragos tuvo que ayudarlo a bajar; pues no lograba mantener el control de su cuerpo.
El fallecido, al parecer, le insistió tanto a su amigo para que lo dejara solo que, al final, cuando iniciaba su marcha para irse a su casa; no dio ni tres pasos, pues cayó a la carretera y fue embestido por el vehículo que circulaba en su preferencia.
Accidente mortal en Barrio Hugo Chávez en Managua
Aseguraban en el lugar que se escuchó como una explosión al momento que le reventó la cabeza y era arrastrado por al menos diez metros hasta que se detuvo el cabezal que viajaba a baja velocidad; de lo contrario, la escena pudo haber sido peor.
El conductor del pesado vehículo, que fue detenido de inmediato; aseguró a las autoridades policiales que en ningún momento vio al hombre y menos se esperaba que eso sucediera. Solamente sintió el golpe y, al ver por el retrovisor, vio cómo arrastraba a este hombre, deteniéndose de inmediato. Por temas de investigación, este sería llevado a la delegación seis de policía en lo que concluye todo el peritaje.
Quien en vida fuera Alejandro, se dedicaba a la albañilería y murió cargando sus herramientas; pues nunca se desprendió del bolso que llevaba. Este habitaba cerca del sector donde acabó perdiendo la vida; y la familia estaba presente observando la dantesca escena y diciendo entre sí que, de no haberse metido en ese bar, lo más probable es que estuviera con vida.